“Señores yo dejo todo, me voy a ver al Agro, porque los jugadores me van a demostrar, que salen a ganar, que quieren salir campeón y que lo llevan adentro, como lo llevo yo”. El cantito se escuchaba desde la tribuna y mire usted, en un día de miércoles, laborable, a la 13 horas, tras varios días donde la lluvia cayó sin parar en Carlos Casares, salió el sol.
Muchos hinchas prendidos a la web, a la radio, a las redes sociales escucharon atentos los momentos previos al partido. Otros, como si fuera por arte de magia, se “enfermaron” y pasaron licencia médica en sus trabajos. Había que hacer hasta lo imposible para no perderse semejante final, donde más de cuatro mil almas alentaron a los gladiadores “sojeros” que ya fueron adoptados por los casarenses y cuyos nombres siempre van a estar grabados a fuego en la retina, el oído y el corazón de todos los simpatizantes del fútbol local.
En fin, el día había llegado, todos contra el alambrado al grito de “vamos, vamos, los pibes, vamos vamos los pibes”. Con el correr del partido, la gente miró atentamente como Gonzalo iba pelota tras pelota, pero la bola no quería entrar. El Profe Migue se lamentaba en el banco de sustitutos y decía “no pegamos una, no puede ser que tengamos el arco han cerrado, hace tres partidos que venimos igual”. La suerte parecía no estar esta vez. La gente estaba atorada en las tribunas, pero no por el choripan o la hamburguesa, sino por el grito de gol atragantado, esperando para soltarlo, pero no se daba. El primer tiempo fue para el “sojero”, a pesar de que San Martín también jugaba y tuvo alguna chance cuando Velázquez definió de chilena, pero se fue alta o cuando Larroza pateó cruzado y se va cerca del poste. No se daba y la bola estaba más caprichosa que nunca y eso que “Chango” la trataba mejor que nunca, pero ella insistía en que el cotejo siga 0 a 0.
La segunda mitad definitivamente fue un monólogo de Agropecuario, San Martín se plantó en el fondo y dejó que el “sojero” fuera. Pero no había caso. Desde la hinchada se escuchaba el “uhhh!!!” constantemente porque la bola pasaba por un palo, por el otro o la sacaba el arquero. Todos probaban: Aguirre, Herrera, Reyes, Urquijo, Blando, Vázquez, todos. Hasta desde el banco los Profes y el DT hacían movimientos como si ellos mismos estuvieran definiendo, pero no. El arco estaba cerrado. Y eso que a los 4′, Salort tuvo el gol en un penal, pero con tanta mala suerte que el esférico se fue por encima del travesaño tras su remate potente.
Con el transcurso del partido, se jugaba más dentro del área de San Martín que en el resto de la cancha. La visita se quedó con uno menos por la expulsión de Diego Velázquez y Adrover puso toda la carne en el asador. Pero los planetas no estaban alineados para Agro, estaban en contra de que el público casarense expulse ese grito sagrado de GOL. Los formoseños comenzaron a tener “calambres” los cuales aumentaban cada vez más cuando el reloj sumaba minutos. Pero la caprichosa se salió con la suya, no quiso entrar en el arco defendido por Gorosito y el empate nos depositó directamente en el lugar de mayor sufrimiento. Sí, en los penales.
Comenzó pateando San Martín. Raúl Rivas arrojó el primero, con suspenso la bola dio en el travesaño, picó en la línea y salió. Gran desahogo en todo el estadio. Pablo Vázquez fue el primero de Agro. Definió fuerte y anotó el 0 – 1, que significó el primer grito de la tarde. Luego siguió Cristian Gutiérrez, pero Germán Salort se hizo gigante y tapó su remate. Brian Blando no dejó pasar la oportunidad y puso la serie 0 – 2 con un disparo a quemarropa y por primera vez el sueño comenzó a mostrar vestigios de realidad. Óscar Giménez fue el tercero en la visita y le puso un poco de suspenso venciendo a Germán Salort. El propio arquero fallaría su penal y el destina parecía empeñado en provocar un infarto en algún corazón “sojero”. Lucas Núñez llegó con la obligación de convertir para empatar, pero puso más fuerza que precisión y su remate se fue tras dar en el travesaño. Y ahora sí. El momento justo, el lugar indicado. Cristian Pontillo acomodó la bola, corrió hacia el balón casi en cámara lenta (por lo menos para los hinchas locales) y la puso contra el palo. Locura, emoción, gritos y el estadio que se une en una sola sensación: EL ASCENSO.
Ahora es tiempo de disfrutar, ya habrá tiempo de pensar en lo que viene. Fueron cuatro años y cuatro meses donde Agropecuario cosechó mucho en el camino. Nadie se olvida de aquel primer equipo que no tenía cancha y entrenaba en el predio municipal. Nadie se olvida de las grandes personas que dejaron su marca este club. Todo comenzó como un sueño de un “enfermo del fútbol” que poco a poco fue contagiando a la gente. Primero fueron cuatro o cinco los que se acercaron. Luego otro tanto dijo “ojo, no es mala la idea de llevar al fútbol casarense a lo más alto”. Hasta que un día, Carlos Casares fue escenario de dos finales de Federal B, con más de cinco mil almas presentes en la cancha y vaya a saber cuántos más con la radio prendida a la oreja, batiendo un verdadero récord en nuestro fútbol.
Disfruten jugadores, hinchas, simpatizantes, cuerpo técnico, todos. Disfruten de este momento, que es de todos, y también de Agro que es del Federal A.
SÍNTESIS:
Agropecuario 0 (3): G. Salort; H. Azaguate, L. Vesco, W. Zunino, F. Urquiza; C. Pontillo, J. Manzoco, E. Díaz, A. Aguirre; B. Blando y G. Urquijo. DT: Adrián Adrover. Suplentes: M. Barufaldi, B. Quiroga, J. Todino y F. Pascuttini.
Cambios: M. Herrera X H. Azaguate / A. Reyes X W. Zunino / P. Vázquez X G. Urquijo
San Martín 0 (1): I. Gorosito; A. Alvarez, O. Giménez, R. Chaparro, R. Rivas; D. Jaime, L. Nuñez, A. Benítez, H. Larrosa; C. Gutiérrez y D. Velázquez. DT: R. Chaparro. Suplentes: G. Benítez, S. Alarcón, R. Franco y H. Galeano.
Cambios: N. Asatt X R. Chaparro / C. García X A. Benítez / M. Bobadilla X D. Jaime
Goles: No hubo
Incidencias: A los 19’ del ST fue expulsado D. Velázquez (SM) por agresión.
Árbitro: Ramón Martínez
Definición por penales:
Para Agropecuario ejecutaron: P. Vázquez (convertido), B. Blando (convertido), G. Salort (atajado) y C. Pontillo (convertido).
Para San Martín ejecutaron: R. Rivas (desviado), C. Gutiérrez (atajado), O. Giménez (convertido) y L. Nuñez (desviado).