Por más que parezca trillado, hay que seguirnos recordando – sí, tal cual, seguirnos recordando, porque somos flojos de memoria – que venimos de desandar más de diez años donde actos de gobierno comienzan a olvidarse ya que hechos de poca transparencia – para muchos sectores de alta corrupción- comenzaron a ventilarse en Tribunales Federales. Esas fracciones entienden que se trata de una descomposición que arrasó con todo, hasta con las esperanzas de quienes confiaron en medidas de apoyo a las PyMES y sectores más vulnerables, entre otras, de carácter social, y con sueños de millones de argentinos, que tras esas alientas – las que origina todo gobierno – se desvanecen día a día por las investigaciones de causas penales que alcanzan a la más encumbrada dirigencia hasta hace 135 días.
Ahora tenemos la posibilidad, ante la decisión de una justicia y de unos jueces que parecen haber recuperado su honor, de presenciar cómo los deshonestos comienzan a desfilar ante los tribunales. Vemos cómo se reparten culpas entre ellos. Cómo se “entregan” unos a otros sin piedad. Aparecen y, aparentemente, seguirán apareciendo, los “arrepentidos” que, con tal de salvarse son capaces de “entregar a la madre”. La “madre” en este caso, puede ser de ambos sexos, llámese, Cristina, Lázaro, Cristóbal, Julio, Máximo y otros/as.
Y estos cambios no tienen sólo que ver con la putrefacción circunscripta. También abarca a la política, ya que muchos que están siempre en los primeros planos parecen haber perdido la memoria. Alcanza a todos los niveles, ¿Cuánto hace que no se escucha, por ejemplo, a algún dirigente del peronismo reivindicar a Cristina y sus exitosos años de gobierno?…¿O a Daniel Scioli y sus ejemplares gobiernos en la Provincia de Buenos Aires? , incluido en el distrito. La reciente reunión de San Nicolás es prueba digna.
Ante ello, si se le ocurriese a alguien formularles alguna pregunta al respecto, responderían “que la justicia investigue y si se han cometido actos de corrupción, que los responsables sean castigados”.
La cuestión de la memoria tiene que ver con que esto no resulta una novedad, Estaba ausente de 9 de Julio, pero recuerdo haber escuchado a algún amigo señalar que lo mismo hicieron en otros tiempos., Pasaron de ser menemistas a condenar al ex presidente de la mañana a la noche. Lo mismo con Duhalde, Lo mismo que ahora hacen con Cristina y sus “socios” o “seguidores” – cabría ‘secuaces’, tranquilamente.
Es preciso señalar que lo mismo pasó con algunos radicales: casi ninguno de ellos reivindica como de su palo al pobre de Fernando de la Rúa. ¿O no tan pobre?
Por eso es que me atrevo, desde estas líneas, recordar la necesidad de la coherencia. Si te bancaste a Menem, al menos reconocé que te equivocaste. Si fuiste capaz de decir que los últimos doce años fueron la representación del renacimiento de la Argentina, entonces hacéte cargo de lo que se te vino. Si afirmaste que con de la Rúa volvía la honestidad y la capacidad al Gobierno de la Nación, pues aceptá que defendiste a un inepto, cuanto menos.
Por que disimulamos o esquivamos esa realidad? , de hacernos cargo de los errores para no volver a repetirlos. Y tener memoria para poder transmitir a los que vendrán cuáles fueron nuestras responsabilidades en lo que nos pasó.
Otra cuestión. Todo esto que nos está conmoviendo – ¿es así? – por estos días, debería estar siendo conducido por la política. Y no me parece que sea así. Están interviniendo fuertemente las corporaciones mediáticas y algunos/as desquiciados/as que no nos aseguran ecuanimidad ni seriedad a la hora de definir nuestro futuro. Porque de eso se trata de nuestro propio futuro. Para eso necesitamos de varias cuestiones: una justicia realmente independiente y no movida por deseos de venganza; jueces cabales que hagan su trabajo sin dejarse presionar, como lo hicieron hasta no hace mucho tiempo y dirigentes políticos que se comporten con seriedad y sin ánimos de revancha. Privilegiando el futuro de la República y la democracia. Hasta el 1º de mayo.