La primera vuelta del 25 de octubre ratificó un contundente respaldo popular a Cambiemos. Dos de cada tres argentinos eligieron terminar el experimento K. Nos encontramos en inmejorable posición para alcanzar el triunfo el 22 de noviembre. El país vuelve a tener una esperanza.
Cambiemos conducirá la Nación, la provincia de Buenos Aires, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mendoza, Corrientes y Jujuy, nueve capitales de provincia y más de cuatrocientos municipios, muchos en el GBA. Confiamos que otras provincias se sumen a colaborar con la reconstrucción. Esta profunda reconfiguración del mapa político en todos los niveles, nos presenta la oportunidad de planificar y ejecutar políticas de Estado retornando al federalismo.
Habrá que innovar. Atender los problemas ambientales, migratorios, de seguridad y narcotráfico, de educación, ciencia y tecnología, el aislamiento externo, la pobreza.
La sociedad ha cambiado dramáticamente. Una década menemista y doce años kirchneristas dejan secuelas gravísimas en todos los rubros, empezando por la calidad de la convivencia. Nuevos problemas, nuevos actores sociales y estructuras políticas obligan a emplear instrumentos alternativos de análisis y a innovar en conocimientos y técnicas de gestión de políticas públicas que permitan responder a las expectativas que genera Cambiemos.
Como señalamos en nuestro documento fundacional “La tarea de la hora, entonces, es crear condiciones que permitan desplegar la potencialidad partidaria, la utilización de los inmensos recursos humanos disponibles en el marco de una coalición victoriosa junto al PRO y la Coalición Cívica y aquellas fuerzas que se integren a la campaña de Cambiemos”.
Vemos tres conceptos básicos: 1°) reconciliar a una sociedad lastimada; 2°) recuperar el pleno funcionamiento de las instituciones, y, 3°) comenzar un ciclo de desarrollo económico y social. Para llevar a la práctica estos propósitos parece indispensable contar con un órgano de dirección política, una instancia de encuentro, debate y decisión integrada por los partidos aliados y los que puedan incorporarse en el futuro. Una coalición de gobierno integrada fortalecerá la previsibilidad y cooperación entre las fuerzas que la componen y robustecerá la gobernabilidad.
La UCR debe bregar para institucionalizar Cambiemos. Compatibilizar la visión estratégica, las prioridades, integrar equipos de planificación y formulación de políticas públicas y acordar reglas para resolver controversias. La articulación de la coalición y la sociedad civil permitirán motivar cuadros político-técnicos para reconstruir con burocracias profesionales y transparencia un Estado debilitado, faccioso e impotente.
Promover el cambio que la sociedad espera motiva a Cambiemos y a la UCR empezar a demostrar su propio cambio. Proponemos someter a debate público el siguiente Plan de Acción:
- Elaborar desde Comité Nacional y Convención de la UCR la agenda estratégica para debatir y consensuar con la coalición Cambiemos;
- Crear un ámbito de debate político para el marco y objetivos del nuevo gobierno;
- Convocar equipos de expertos de las fuerzas políticas de Cambiemos, del mundo académico y de la sociedad civil, para la promoción de políticas, programas y proyectos para la construcción de una democracia social pujante e igualitaria.
- Para liquidar la manipulación, el faccionalismo y la discrecionalidad, las distintas áreas adoptarán metodologías reconocidas en el ámbito internacional.
GRUPO GURE: Canievsky, Carlos; Cavallari, Juan J.; Dalto, Mario; De Martino, Víctor, Hermida, Jorge; Martín, Raúl; Mazzorín, Ricardo; Muiño, Oscar; Quevedo, Luis; Paixao, Enrique; Pousá, Rodolfo.
* Diputado Nacional y Provincial (MC)-UCR