Se conmemora hoy sábado 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, instaurado por las Naciones Unidas para celebrar la lucha femenina por su participación igualitaria en el mundo del trabajo y en la sociedad en general. Tiene sus orígenes en el movimiento internacional de mujeres socialistas de finales del siglo XIX que promovía la igualdad de derechos sociales, civiles y laborales entre el hombre y la mujer.
Sin embargo, la fecha elegida para conmemorarlo coincide con dos grandes eventos en los que las mujeres trabajadoras fueron víctimas y protagonistas: uno de ellos, fue el movimiento de protesta por la falta de alimentos iniciado por las mujeres rusas el 8 de marzo de 1917 que desembocaría en el proceso revolucionario de octubre de ese año.
El otro acontecimiento fue el incendio intencional en Nueva York de la fábrica textil Cotton el 8 de marzo de 1908, en el que resultaron calcinadas 146 obreras que habían ocupado las instalaciones en protesta por los bajos salarios y las inhumanas condiciones en que desempeñaban su labor.
También hay hechos que ponen a la mujer como protagonistas de decisiones importantes. Murió así la primera mujer bombera de un cuartel de la Policía Federal. “ Me gusta salir a incendios, ayudar a la gente, salvar sus vidas, sus objetos, sus mascotas, decía Anahí Guernica.
Dar vida, cuidar al otro, pelear contra las injusticias, luchar y enseñar a luchar, tarea que ejercieron las trabajadoras pioneras, las originarias de nuestra América, luchadoras de la Independencia junto a los hombres en los ejércitos patrios; labores que ejercen las compañeras trabajadoras de hoy, todas necesarias para llegar a las reivindicaciones conseguidas y logros actuales. Hoy, en la constante lucha por nuestros derechos, es necesario sostener conquistas que hemos logrado, especialmente en la esfera pública. Rescatar las decisiones políticas que pretendan generar o promover cambios económicos, sociales y culturales.
En el ámbito legislativo, podemos mencionar la sanción de un conjunto de leyes que garantizan derechos a las mujeres y al amplio espectro que configuran “los géneros” como la población LGBT (lesbianas, gay, bisexuales y transexuales), las cuales nos esperanzan a seguir militando nuestras causas. La Ley de Educación Sexual Integral; la Asignación Universal por Hijo; la Ley Integral para Prevenir, Sancionar, Erradicar todas formas de Violencia hacia las Mujeres; Protocolos de Atención al Aborto No Punible; la Ley de Matrimonio Igualitario y Ley de Identidad de Género. Así como la Modificación de la Ley Nacional de Trata de Personas; Ley de Fertilización Asistida; Ley de Trabajadoras de Servicio Doméstico; Incorporación de la figura del Femicidio al Código Penal, en el marco de un modelo de país con eje en los Derechos Humanos, en la búsqueda de inclusión y equidad social.
También mencionar las políticas públicas como programa nacional de salud sexual y de procreación responsable, la inclusión previsional que tiene un 75% de mujeres titulares. La Defensora del Público, en 2013, abogó para que el Estado Nacional, en 2014, sea declarado el año de lucha contra la violencia mediática hacia las mujeres. Sabemos que nos falta la implementación plena de las leyes aprobadas, la creación de nuevas leyes y también la apropiación de la sociedad de las mismas apostando al cambio cultural. Como lo expresa la socióloga, historiadora y miembro del directorio del CONICET, Dora Barrancos: “para una verdadera transformación social, América Latina necesita una revolución doméstica, en la que los hombres asuman más labores tradicionalmente femeninas, como las licencias de paternidad, que liberen a las mujeres de roles que deben ser compartidos entre ambos.” El desafío de interpelar va más allá de un cupo que aún no garantiza la efectiva representatividad en Congresos de Latinoamérica, tampoco en el ámbito sindical, lo pendiente en la agenda, tal como lo expresa el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación: “la meta es construir una democracia paritaria, principio básico que ha de inspirar y fundamentar las estrategias y acciones de actores políticos y sociales para alcanzar la igualdad de género.”
El acceso de las mujeres a los espacios de toma de decisiones, tanto en los ámbitos laborales como en las empresas de la economía social, sin descalificaciones misóginas por mostrarnos firmes, salir de la trama subordinadora que nos niega la autonomía y de los estereotipos que nos asigna una sociedad sexista, será la tarea. Defender, profundizar y resistir, es honrar las vidas de aquellas que a lo largo de nuestra historia abonaron a la evolución de nuestra sociedad con los frutos de sus acciones.
A todas Felicidades!