Señora Directora
Cadena Nueve
Me dirijo a Cadena Nueve, dada la repercusión que tiene el medio, la llegada a la gente y la importancia que tiene en la opinión pública, para expresar hoy, a través de una carta abierta, mi sentimiento respecto a una experiencia personal que me toca vivir.
Soy padre de una nena hermosa de 8 años, es un sentimiento inexplicable y sólo entendible por quienes tenemos la suerte de ser consientes del regalo que significa un hijo en la vida, pero resulta que desde que tomamos la decisión de separarnos con su mamá, hace ya más de tres años, la relación con mi hija es compleja, dado que se mezclan cuestiones personales de la relación de los grandes, con los derechos de la menor, respecto al vínculo paternal.
Sin entrar en detalles acerca de mi caso, y siendo consientes que como género, el masculino en relación a la paternidad, aún tiene algunas materias pendientes, y se que muchas madres luchan día a día para criar a sus hijos en soledad, ya que el padre de los mismos ha desaparecido de sus vidas no haciéndose cargo ni económica ni espiritualmente de sus hijos, también se que hay muchos padres en mi situación, queremos, deseamos, necesitamos cuidar, hacernos cargo, disfrutar de una paternidad sana y enriquecedora, pero las madres no lo permiten, y a eso me quiero referir.
Pienso que cada parte tienen su verdad en conflictos que pueden ser tales o no, pero basta con que una parte así lo sienta para que sea respetable, pero tomar a los hijos de rehenes y como carne de cañón, exponerlos al punto de dañarlos emocionalmente, con tal que sea un escarmiento al padre por no someterse a los condicionamientos personales de la madre, me parece que es un tema que, como sociedad, nos debemos, ya que más allá de la invalorable necesidad de una madre en nuestras vida, (y lo dice alguien que tiene 34 años y que sufrió el fallecimiento de su propia madre hace cinco meses), también es invalorable la necesidad de un padre en la vida de un hijo o hija, es también la necesidad de un vínculo tranquilo, en paz, y de acuerdo a los valores que como padre uno quiere y necesita trasmitir, sin estar todo el tiempo con el temor de hacer ésto o aquello, a ver si a la madre le cae mal y le interrumpe el régimen de visita…
He vivido en éstos años, las más insólitas de las situaciones con tal de entorpecer el vínculo con mi hija y “castigame” por no pensar del mismo modo, ni por no compartir los mismos valores, pero lamentablemente, en el medio está mi hija, y ahí se me parte el alma, es un dolor desgarrador y que no puedo gritar, ya que la sociedad todavía no está preparada para proteger los derechos del padre y del hijo en relación del padre.
Para cerrar, quiero aclarar que tengo con la mamá de mi hija, un acuerdo de régimen de visita y alimentos, homologado por la justicia, que cumplo a raja tabla con todas mis obligaciones, pero que no se cumple en su totalidad, de la otra parte, situaciones personales, caprichos, enojos, los puedo entender, pero no comparto que mi hija sea, la que no está hoy durmiendo en su cama, en la que también es su casa.
También quiero aprovechar el medio y su generosidad, para llamar a la reflexión de la mamá de mi hija y de todas las mamá que están confundidas respecto al tema, que entiendan que somos dos los padres y que más allá de nuestras diferencias, nuestros hijos son los más importante, y que si como en el caso de nuestra hija, los conflictos llegaron el punto de provocar una suerte de bloqueo emocional, y que en la medida que se cumple el régimen de visita, esa situación mejora, y que empezar con los impedimentos produce un recrudecimiento de esa problemática, dejemos a un lado nuestras cuestiones personales y pensemos en la menor que no se sabe defender, que le cuesta expresarse y que no puede dirigir hoy, por si misma, su destino, y que le permitamos crecer de manera segura, tranquila, libre, creativa y sin el temor de poder expresarse por medio a una represalia, digo, en resumen, que seamos capaces de, simplemente cumplir los derechos del niño, sólo eso..nada más y nada menos, luego, ella en el futuro, sabrá que hacer con cada vínculo, pero no hoy, hoy no puede! y una madre, puede presionar e impedir que la vaya a buscar a mi hija a la escuela, y nada sucede, ya que como no me permito que mi hija presencie una situación fea, hoy sufrimos a la distancia el capricho de la madre, que sabe que no soy capaz de hacer valer mi derecho y el de mi hija, por respeto a mi hija y por eso, con las más insólitas excusas, básicamente hace lo que quiere, sintiéndose dueña de nuestra hija, y que “prestarsela” al padre, es sólo si me someto a sus cambiantes voluntades y solicitudes, incluso, en relación a temas que nada tienen que ver con la menor, amenazas y la ejecución de esas amenazas, han sido un factor común a lo largo de éstos tiempos..
Espero poder aportar algo, desde un punto de vista que no está en el foco de la opinión pública, se que muchos padres se van a sentir reflejados y en ellos me apoyo para vivir lo que nos toca vivir y esperar que nuestra sociedad y nuestro mundo, el chiquito, el de acá, el del día a día, sea un poquito mas justo.
Respetuosamente.
Fabio Guidozzolo
DNI: 26.736.967