En una noche cargada de fe y recogimiento, cientos de fieles se congregaron este Viernes Santo en el Paseo del Vía Crucis, ubicado en la intersección de Avenida Bartolomé Mitre y Avenida Perón, para acompañar a Jesús en su camino al Calvario. El recorrido de las catorce estaciones fue encabezado por el obispo de la Diócesis de Santo Domingo de Guzmán, monseñor Ariel Torrado Mosconi, quien estuvo acompañado por el padre Adolfo Pitte y el recientemente ordenado Diacono, Juan Eduardo Carreras.
Pasadas las 20 horas, comenzó la tradicional caminata con oraciones, reflexiones y cantos que invitaron a la comunidad a revivir la pasión y muerte de Cristo. En cada estación, se meditó sobre las caídas, los encuentros, el sufrimiento de Jesús y su entrega por amor. La presencia de María, las figuras del Cirineo y la Verónica, así como el rostro humillado de Cristo, interpelaron profundamente a los presentes.
En su mensaje final, monseñor Torrado Mosconi destacó que el camino de la cruz “nos recuerda que no estamos solos, que Jesús carga con nuestras penas y dolores, que nos acompaña con su amor en cada paso de nuestra vida”. El obispo llamó a renovar la esperanza en medio del dolor, asegurando que “la cruz, cuando se vive con fe, se transforma en vida y en resurrección”.
Además, el prelado hizo un fuerte llamado a la solidaridad: “Seguir el camino de Jesús también es comprometernos con los que más sufren. Hoy hay muchos hermanos que llevan su cruz en soledad: niños en la pobreza, jóvenes atrapados en las adicciones, ancianos que no llegan a fin de mes con dignidad. No podemos mirar hacia otro lado. Tenemos que ser ‘cirineos’ unos de otros”.
El acto concluyó con la oración final y la bendición, invitando el Obispo Ariel Torrado Mosconi a darse el saludos de la paz, dejando una profunda emoción entre los participantes, quienes regresaron a sus hogares reflexionando en el mensaje de amor, comprensión, compromiso cristiano y hermandad que propuso el sacerdote.
Agencia MTR