Cada 18 de marzo, desde 1989, se conmemora en todo el país el Día del Trabajador Rural, también conocido como el Día del Ruralista, una fecha establecida por Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) para reconocer la labor fundamental que realizan los hombres y mujeres del campo en el desarrollo y crecimiento productivo de la Argentina.
Este día tiene como objetivo destacar el protagonismo de aquellos que, con esfuerzo y dedicación, trabajan para asegurar la producción agropecuaria del país, una actividad esencial que alimenta tanto al mercado interno como a los destinos de exportación. Además, se resalta el valor de la identidad nacional que los trabajadores rurales forjan a diario, en una tarea que trasciende el simple trabajo agrícola y ganadero, para convertirse en un verdadero motor de la economía argentina.
En este contexto, la jornada del 18 de marzo no solo es una ocasión para reconocer a los productores rurales de manera individual, sino también para reflexionar sobre el rol social y la diversidad del hombre de campo. En palabras de los organizadores, el trabajador rural “es diverso, según el rubro de su producción, su geografía, su nivel económico; y al mismo tiempo es uno, porque forja todos los días la identidad de una sociedad nacional”.
La relevancia del día también radica en la agremiación rural, un concepto que desde hace décadas se asocia con el fortalecimiento del sector agropecuario en Argentina. En este sentido, marzo es considerado también el mes de la agremiación rural, una tradición que comenzó a tomar forma en el XIII Congreso Rural de Trenque Lauquen en 1937 y fue consolidada en 1989 por CRA. La agremiación, como uno de los pilares del movimiento ruralista argentino, busca la defensa de los intereses del sector, promoviendo el trabajo conjunto entre los productores para enfrentar desafíos y aprovechar oportunidades en un mercado cada vez más globalizado.
El Día del Trabajador Rural se presenta como una oportunidad única para valorar a quienes trabajan en el campo, en muchas ocasiones de manera anónima, pero siempre con el compromiso de ofrecer lo mejor de sí para el bien común. A través de sus instituciones o de su accionar personal, los trabajadores rurales no solo son actores clave en el crecimiento del país, sino también en la creación de una comunidad agropecuaria que apunta a un futuro más próspero para todos.
Hoy, al celebrarse este día, se renueva el compromiso con la familia rural argentina, cuyas labores y esfuerzo no deben pasar desapercibidos en una nación cuya economía sigue dependiendo, en gran parte, de la actividad agropecuaria.