Una historia de solidaridad y cooperación vecinal se desplegó en Nueve de Julio, donde miles de personas se unieron para enviar más de 25.000 kg de donaciones en ayuda a la ciudad de Bahía Blanca, gravemente afectada por recientes inundaciones. Con la participación activa de la comunidad e instituciones y muchos más, se demostró, una vez más, que la unión hace la fuerza cuando se trata de ayudar al prójimo.
El nacimiento de una idea: Todo comenzó en la mesa de una cocina, en un hogar familiar. Liliana Calixto, vecina de Nueve de Julio e impulsora de Estrellas Amarillas, madres que del dolor de haber perdido un hijo en accidente vial, lo transformaron en amor, junto a su esposo e hijos, observaba con creciente preocupación la situación que atravesaban muchas familias en Bahía Blanca. Conscientes de la gravedad de la catástrofe, los miembros de la familia comenzaron a pensar qué podían hacer para ayudar. Fue entonces cuando, en una charla familiar, surgió la idea de organizar una campaña de recolección de donaciones.
“Lo hablamos entre nosotros, mis hijos y mi esposo, y decidimos hacer algo. Era imposible quedarnos de brazos cruzados”, comentó Liliana con emoción en ‘Despertate por Cadena Nueve y Máxima 89.9. La noticia de la tragedia rápidamente movilizó a más vecinos, y pronto la iniciativa comenzó a tomar forma. “Nos unimos a otros vecinos, y lo que inicialmente era una idea aislada, se convirtió en un verdadero movimiento de solidaridad”.
El trabajo organizado: Lo que parecía ser un simple gesto de buena voluntad, se transformó en una operación logística impresionante. En solo unas horas, los voluntarios de Nueve de Julio lograron recolectar entre 25,000 y 30,000 kg de mercadería, ropa, calzado y artículos de higiene. Todo esto fue meticulosamente organizado: la ropa fue seleccionada por tipo (para niños, adultos, hombres, mujeres) y cada artículo de higiene fue cuidadosamente rotulado para facilitar su distribución en las familias afectadas.
“La organización fue clave. Todo estaba perfectamente organizado y en condiciones impecables para que llegara en el mejor estado posible”, relató Liliana. Con la ayuda de los voluntarios y grupos de apoyo, todo se preparó con la mayor dedicación para que nada fuera a mal.
“Lo más emocionante fue ver partir el camión lleno de donaciones. Fue un momento de mucha emoción, lágrimas y orgullo”, expresó Liliana, visiblemente conmovida por la magnitud del esfuerzo colectivo.
La solidaridad en acción: Una de las características más destacadas de esta campaña fue el espíritu de colaboración entre todos los sectores de la comunidad. Desde las amas de casa que doblaron ropa, hasta los empresarios locales que proporcionaron recursos, cada gesto contribuyó al éxito de la movilización. “Es impresionante cómo la comunidad se unió. No importaba si eras una gran entidad o una persona común en su casa. Todos hicimos lo que podíamos”, afirmó Liliana.
José Inglessi, uno de los organizadores de la logística, detalló que la ayuda no solo consistió en enviar alimentos y ropa, sino que también se organizaron grupos de voluntarios para acompañar el camión hasta su destino, asegurándose de que la distribución fuera eficiente y segura.
Transparencia y confianza: A lo largo de todo el proceso, Liliana y otros miembros del equipo se encargaron de mantener la comunicación abierta con la comunidad, asegurando que las donaciones llegaran a su destino sin ningún tipo de intermediarios políticos. “Lo único que nos importa es que la ayuda llegue directamente a las personas que lo necesitan. No tenemos ningún tipo de interés político detrás de esto”, afirmó Liliana, aclarando las dudas que algunos vecinos pudieron haber tenido sobre la distribución.
“El objetivo desde el inicio fue claro: recibimos, organizamos y entregamos. Y eso es lo que estamos haciendo. Queremos que la gente esté tranquila”, subrayó con firmeza.
El impacto de la acción: Hoy, con el camión en camino hacia Bahía Blanca, la acción solidaria continúa, y Liliana Calixto expresó su más sincero agradecimiento a todos los que hicieron posible esta gesta. “Quiero agradecer a todos los que colaboraron, desde ‘Los Madrugadores’ hasta las entidades locales y, por supuesto, a las personas que aportaron. Sin su ayuda, esto no habría sido posible”.
La comunidad de Nueve de Julio, más unida que nunca, ha demostrado que cuando se trata de ayudar al prójimo, la solidaridad no tiene fronteras. A través de este esfuerzo conjunto, las familias de Bahía Blanca recibirán una ayuda que, aunque pequeña frente a la magnitud de la tragedia, seguramente les brindará alivio en estos momentos tan difíciles.
En momentos de crisis, la solidaridad es una de las fuerzas más poderosas para enfrentar la adversidad. La movilización de la comunidad de Nueve de Julio es un testimonio de lo que puede lograrse cuando se trabaja en conjunto y con un solo objetivo: ayudar al prójimo. Y así, gracias a la voluntad de todos los involucrados, un camión cargado de esperanza y solidaridad está en camino para aliviar la difícil situación de las familias de Bahía Blanca.
Agencia MTR