Ricardo Alfonsín, reconocido dirigente del Frente Amplio por la Democracia y figura destacada de la Unión Cívica Radical (UCR), ha expresado un fuerte rechazo a las tendencias autoritarias que, a su juicio, han surgido con la llegada de Javier Milei a la presidencia de Argentina, y sobre todo en sus ultimas declaraciones en Davos. En un documento hace un análisis profundo sobre la situación política actual, Alfonsín advirtió sobre los peligros que representan la postura de Milei y la falta de oposición por parte de otros sectores políticos.
El peligro autoritario de Milei
Alfonsín comenzó a señalar que la actitud de Javier Milei y su “deriva autoritaria” constituyen una amenaza significativa para la convivencia democrática en Argentina. En sus palabras, el dirigente afirmó que “desde la recuperación de la democracia en 1983, no se ha observado un tipo de declaraciones tan preocupante por parte del máximo mandatario nacional”, refiriéndose a la actitud del presidente Milei.
El dirigente subrayó que desde la campaña presidencial, ya había señales claras del potencial autoritario del candidato de La Libertad Avanza, aunque, según Alfonsín, la UCR no había intervenido en ese momento. A medida que el nuevo presidente asumió su cargo, las actitudes autoritarias se fueron confirmando, especialmente con declaraciones en las que Milei amenazó a sus opositores, diciendo frases como “tiemblen zurdos, los vamos a ir a buscar hasta el último lugar del planeta”.
Alfonsín destacó que tales mensajes no son inocentes ni casuales, sino que reflejan un enfoque que puede dañar irreversiblemente la capacidad de generar consensos dentro de la sociedad y de resolver los problemas nacionales mediante el diálogo y las instituciones democráticas. A esto agregó que las amenazas de Milei, si no se encuentran con un límite social, pueden traer consecuencias muy graves para la democracia en el país.
¿Quién pone límite al autoritarismo?
En tono preocupado, Alfonsín se preguntó “¿Quién puede sentir dudas de lo que puede pasar con la democracia en la Argentina si este señor no se encuentra en la propia sociedad un límite?”. La inquietud se extiende a la falta de respuesta tanto de la sociedad como de los partidos políticos frente a estos peligrosos discursos. Para Alfonsín, el silencio de los sectores políticos democráticos frente a las declaraciones del presidente es tan alarmante como las propias palabras de Milei. Señaló que, si la sociedad no percibe la gravedad de esta situación, corresponde a los partidos políticos asumir el papel de frenar este autoritarismo, algo que, lamentablemente, no está ocurriendo.
La unidad de las fuerzas democráticas
Alfonsín hizo un llamado a las fuerzas políticas y sociales auténticamente democráticas a unirse para crear una estrategia común destinada a frenar la “deriva autocrática” del oficialismo. Consideró que la forma de detener el avance de los proyectos reaccionarios y conservadores es, en primer lugar, derrotar a las fuerzas de derecha y extrema derecha en las urnas, lo cual parece ser el objetivo de los movimientos sociales y políticos que buscan preservar la democracia. en Argentina.
En este sentido, subrayó que las alianzas con La Libertad Avanza, el partido liderado por Milei, deben ser evitadas a toda costa por las fuerzas democráticas. Además, hizo especial énfasis en la necesidad de modificar la Ley de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), la cual considera “objetivamente muy mala e inconstitucional”. Esta ley, en manos de un presidente con tendencias autoritarias, se convierte en una herramienta peligrosa para el funcionamiento de las instituciones democráticas y para la República misma.
Las declaraciones de Ricardo Alfonsín reflejan una profunda preocupación por el rumbo que está tomando la democracia en Argentina bajo la presidencia de Javier Milei.
Para Alfonsín, es fundamental que las fuerzas políticas y sociales democráticas trabajen juntas para frenar lo que considera una amenaza autoritaria, que podría desestabilizar las bases de la convivencia democrática en el país. En sus palabras, el silencio de los sectores democráticos ante estas amenazas es tan peligroso como las propias políticas que propone el actual gobierno.
Alfonsín también llamó a la unidad y a la acción concreta, como la necesidad de evitar alianzas con el oficialismo y de reformar leyes que permitan a los presidentes manejar el poder de manera excesiva. La defensa de la democracia, según Alfonsín, no es solo una cuestión de principios, sino también de acción política decidida y coordinada frente a los riesgos que se avecinan.