Racing Club logró un hito histórico al consagrarse campeón de la Copa Sudamericana, tras vencer 3-1 a Cruzeiro en una final inolvidable disputada en Asunción, Paraguay.
La Academia, con una demostración de coraje y corazón, logró su primer trofeo internacional en más de tres décadas y lo hizo de manera contundente, dejando claro desde el primer minuto que su objetivo estaba en la consagración.
El equipo de Gustavo Costas, con una voluntad inquebrantable, se mostró como un conjunto decidido, con la intensidad de un equipo que sabe que está a un paso de la gloria. El técnico argentino, conocido por su pasión y entrega, no solo guió a los jugadores, sino que estuvo en cada rincón de la cancha, alentando y corriendo al lado de sus dirigidos. La conexión entre Costas y sus futbolistas fue evidente durante los casi 100 minutos de partido, en los que la Academia jugó con el corazón y alma.
La final comenzó de manera soñada para Racing. En los primeros 20 minutos, el equipo logró marcar dos goles, algo que nunca había conseguido en una final de la Sudamericana. En realidad, fueron tres , lo que mostraba la actitud decidida del equipo Albiceleste, ya el primer tanto no se consideró. Ese primer gol, que llegó tras un centro de Martirena que terminó convirtiéndose en un remate al arco, fue una jugada de pura astucia del lateral uruguayo. Aunque un gol previo de Martirena había sido anulado por el VAR por un fuera de juego milimétrico, la jugada siguiente habrió el camino de la consagración.
El segundo gol llegó a través de una espectacular combinación entre Salas y Maravilla Martínez, lo que dejó al Cruzeiro en desventaja por 2-0.
Sin embargo, el equipo brasileño no se rindió y logró descontar a poco de iniciado el segundo tiempo, con una jugada formidable que le permitió acercarse al marcador. Pero el arquero de Racing, Arias, fue clave en ese momento, haciendo varias intervenciones decisivas que mantuvieron la victoria.
Desde ahí este segundo tiempo estuvo lleno de emoción, con el partido volviéndose de ida y vuelta. Fue en ese momento cuando Costas realizó cambios para refrescar al equipo, que esperó pacientemente su oportunidad para dar el golpe final. Ese momento llegó gracias a una gran jugada de Roger Martínez, quien sentenció el partido con el tercer gol, asegurando la victoria para Racing y desatando la locura tanto en Asunción como en Avellaneda, en el Obelisco y cada rincon del país.
Fue así como hinchas y simpatizantes de Racing, aquellos que no viajaron a Paraguay, se concentraron en plaza Belgrano a la altura de Avdas. Mitre y Vedia de Nueve de Julio y desataron su alegría, emoción, lágrimas en un gran festejo.
Agencia MTR