Se recuerda el heroico Éxodo Jujeño: retirada estratégica de 1812

El 22 y 23 de agosto de 1812, el Éxodo Jujeño marcó uno de los momentos más heroicos y decisivos en la historia de la independencia argentina.

En un acto de estrategia y sacrificio, la población de San Salvador de Jujuy emprendió una retirada masiva bajo las órdenes de Manuel Belgrano, jefe del Ejército del Norte de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Este suceso no solo puso a prueba la determinación de los patriotas, sino que también demostró la capacidad de resistencia y organización frente a una adversidad formidable.

Contexto Histórico

A mediados de 1811, la primera expedición al Alto Perú resultó en un debilitamiento significativo del Ejército del Norte. El ejército de Belgrano, nombrado comandante en febrero de 1812, se encontraba en una situación precaria al recibir a 800 hombres desmoralizados y mal armados. La situación se agravó con la ocupación realista de Suipacha y el avance del brigadier Pío Tristán hacia la Quebrada de Humahuaca.

Enfrentado a una desventaja abrumadora en términos de tropas y recursos, Belgrano tomó la decisión estratégica de ordenar una retirada para preservar lo que quedaba de su ejército y evitar que el enemigo se beneficiara de los recursos locales. El plan implicaba abandonar la ciudad, destruir todo lo que no pudiera ser transportado y quemar los campos para dejar un territorio inútil para los realistas.

La evacuación comenzó en la noche del 22 de agosto y se completó al día siguiente. Aproximadamente 1.500 pobladores se unieron a la retirada, moviéndose en carretas, a caballo, a lomo de mulas y a pie.

El ejército de Belgrano y la población trabajaron juntos para proteger a los últimos en retirarse, con la retaguardia bajo el mando del mayor general Eustoquio Díaz Vélez.

El 3 de septiembre, en la batalla de Las Piedras, los gauchos jujeños lograron una victoria significativa contra la vanguardia realista, elevando la moral de las tropas patriotas. Tras recorrer unos 360 kilómetros en 15 días, la columna llegó a San Miguel de Tucumán el 8 de septiembre. Aunque la orden inicial era continuar hacia Córdoba, los jujeños y otros habitantes de la región solicitaron a Belgrano que defendiera sus tierras, lo que condujo a la batalla de Tucumán el 24 de septiembre, donde Belgrano obtuvo una victoria crucial.

Causas:

1. La invasión realista desde el Alto Perú y la amenaza de ocupar el sur de la Quebrada de Humahuaca.
2. La decisión estratégica de Belgrano de retirarse para preservar el ejército y evitar que el enemigo se beneficiara de los recursos.
3. El compromiso de los habitantes de San Salvador de Jujuy de seguir a Belgrano y abandonar sus hogares, dejando un terreno devastado para los realistas.

Consecuencias:

1. La pérdida de cosechas y ganado, que afectó a la región durante un tiempo prolongado.
2. La desmoralización de los realistas al encontrar la ciudad y los campos vacíos y arrasados.
3. Las victorias en Tucumán y Salta, que fortalecieron la posición patriota y permitieron el retorno de los jujeños a sus hogares.
4. El desprestigio del Primer Triunvirato, que fue derrocado poco después de la victoria en Tucumán.
5. La donación de una bandera patria al Cabildo de San Salvador de Jujuy por parte de Belgrano en reconocimiento al sacrificio del pueblo jujeño.
6. El fortalecimiento de la identidad colectiva en el noroeste argentino, consolidando la lealtad a la causa independentista.

La ciudad de San Salvador de Jujuy conmemora el Éxodo Jujeño recreando la partida histórica, levantando chozas de madera y paja a orillas del río Xibi-Xibi que luego son quemadas.

Este acto simbólico recuerda el sacrificio y la valentía de quienes, hace más de dos siglos, lucharon por la libertad y la independencia de la nación.