En noviembre de 1939, el filósofo español José Ortega y Gasset en una conferencia
que brindó en la ciudad de La Plata, mencionó una frase que quedó registrada en la memoria de muchos argentinos. Entre otros conceptos destacó:
¡Argentinos, a las cosas!
Déjense de cuestiones previas personales, de suspicacias, de narcisismos. No presumen ustedes el brinco magnífico que dará este país el día que sus hombres se resuelvan de una vez, bravamente, a abrirse pecho a las cosas, a ocuparse y preocuparse de ellas directamente y sin más, en vez de vivir a la defensiva. De esta frase se desprenden varios temas singulares de permanente vigencia en nuestro país.
En primer lugar, Ortega resalta que debemos ponernos a trabajar y dejar de lado las
cuestiones particulares. ¿Se podrían incluir aquí las históricas disputas partidarias por el poder, a las cuales los políticos nos tienen acostumbrados?.
Otro tema a destacar de la frase del filósofo español, es el narcisismo. Históricamente, varios líderes políticos argentinos padecieron este trastorno. Como ejemplo superlativo de esto, recordemos que en el año 1951 los Territorios (hoy provincias) del Chaco y La Pampa
se los denominó Presidente Perón y Eva Perón respectivamente. Siguiendo con esa tradición, en los recientes mandatos peronistas el apellido Kirchner inundó calles, avenidas, escuelas, centros culturales, monumentos, etc.
Pero el consejo mas relevante de Ortega es “abrirse pecho a las cosas, a ocuparse y preocuparse de ellas directamente”. Esto implica encarar los problemas actuales y también pensar el futuro, es decir definir hacia donde debemos ir. En el plano local, sería bueno por ejemplo debatir sobre el modelo de desarrollo productivo y social de 9 de Julio y sus localidades del interior.
El potencial productivo de 9 de Julio es elevado por ser parte de una de las llanuras más
fértiles del mundo y con un clima muy benigno.
El motor de la economía seguramente seguirá teniendo al campo como un actor principal y se deberá trabajar en el agregado de valor para potenciar su riqueza y generar puestos de trabajo.
Tenemos un sector agropecuario eficiente que vive castigado históricamente por las políticas nacionales y provinciales que lo usan como fuente de divisas.
Es una actividad realmente capitalista, que invierte todos los años enormes sumas de dinero y no sabe si va a cosechar. ¿Qué otro sector local o nacional tiene la misma actitud de invertir y no saber si tendrá algún retorno? Pero el agro por una cuestión tecnológica, cada vez produce más con menos requerimiento de mano de obra. Entonces, ¿ Qué propone al respecto la política?.
La clase dirigente en todos sus niveles, se la vislumbra refractaria a pensar el futuro y
cómo promover la creación de riqueza. Parecen conformarse con ser administradores de la
escasez.
Para mirar con detenimiento
En el agro hay actividades productivas de menor escala que también pueden ser
importantes como generadoras de recursos y fuentes de trabajo. Un ejemplo es la horticultura.
A modo ilustrativo voy a citar un ejemplo de la localidad de General Pico en La Pampa.
A través de la labor del INTA y del Ceret (organismo provincial) , desde hace muchos años se promueve esta actividad.
Actualmente hay cerca de 15 productores que suman aproximadamente 3 hectáreas de cultivos hortícolas bajo cubierta y llegan a contratar entre 40- 50 personas para las distintas tareas de producción. Producen principalmente verduras de hoja y también tomates, berenjenas, pimientos e incluso flores.
El cultivo más importante ha sido desde hace años la lechuga. Comercializan en ferias y comercios locales y en destinatarios particulares.
A nivel nacional, el primer lugar del consumo de la población lo ocupa la papa y luego el
tomate. En tercer lugar, la lechuga con un consumo per cápita de 19 kg/año. Estos productores de Pico han llegado a producir a través de varios ciclos 120.000 kg de lechuga por año. Como se sabe, el precio de esta hortaliza esta influido por la estación del año y otros avatares.
En determinadas circunstancias puede tomar valores muy altos, como recientemente que llegó a 8.000 $/kg. En el mercado local ha fluctuado entre 1500 a 3000 $/kg . Entonces solamente en esta hortaliza producen, si consideramos un precio bajo de 1500 $/kg, por un valor bruto de 180 millones de pesos. Habría que sumar las restantes verduras donde se destacan acelga, rúcula, espinaca, tomates, morrones y flores.
Detalle de invernáculos produciendo hortalizas de hoja y flores
Este valor millonario, nos da idea de la magnitud de los recursos que salen de 9 de Julio
en compras en los mercados concentradores de frutas y verduras del gran Buenos Aires.
A modo ilustrativo y para tener indicios de la magnitud del drenaje de dinero de la comunidad nuevejuliense, haremos un cálculo muy grosero. Nuestro partido tiene aproximadamente 52.000 habitantes, si la mitad consume lechuga y considerando el promedio anual de 19 kg/año, el volumen total serían 494.000 kg/año.
A un valor medio de 1500 $/kg, el dinero que sale de 9 de Julio solamente para comprar lechuga sería 741 millones de pesos.
Tenemos así una medida orientativa del dinero que sale del circuito económico y que
no genera trabajo local. Si sumamos las otras verduras y frutas, tendremos cifras muy
significativas.
Obviamente que 9 de Julio no va a ser autosuficiente en el consumo de frutas y hortalizas
por distintas razones. Pero con este ejemplo sencillo, se busca demostrar que hay posibilidades de producir riqueza y crear fuentes de trabajo local. Por suerte hay emprendedores locales que han comenzado a involucrarse en este tema y a través de la hidroponia están produciendo lechuga de muy buena calidad.
Es un paso importante.
Lo cierto es que un horticultor no se hace de la noche a la mañana. Pero desde el Estado
se deben crear politicas de largo plazo para fomentar la producción , apoyando en especial a jóvenes con vocación de emprendedores. Si vemos el dinero que sale del circuito económico local para comprar verduras en otros mercados, es facil entender que cada peso que se invierta en promocionar y apoyar la producción local tendrá su recupero.
Sigue vigente la frase de Ortega de hace 85 años: ¡Argentinos a las Cosas!.
Se debe pensar en producir riqueza. Obviamente que un político no puede saber de todas las producciones posibles. Un dirigente que tenga amplitud de criterio y mente abierta, lo que debería hacer es promover la discusión con los principales sectores de la producción local y escuchar a actores de comprobada expertiz en diversos temas productivos.
Seguramente se deberá traer especialistas de otras latitudes. Pero es necesario pensar a futuro a 9 de Julio y sus localidades.
La alternativa una vez mas, es que los políticos continúen en sus clubes de amigos
partidarios discutiendo entre ellos cómo gerenciar la penuria y luego echarle la culpa a otros de su fracaso.
*Ingeniero Agrónomo, ex-técnico del INTA