Durante el solemne acto de Conmemoración del Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas, el Administrador del Estado Argentino, Javier Milei, ha hecho eco una vez más de la línea histórica mitrista, atlantista, antihispanista, anti-federal y pro-británica en la que se ha encolumnado.
En un segmento de su reaccionario discurso, hace mención de la supremacista Generación del 80, heredera de la Generación del ’37, adjudicándole el supuesto progreso que experimentó Argentina tras décadas de lo que ellos llaman “BARBARIE”. Este término, utilizado con claras connotaciones despectivas, pretende denigrar la lucha de nuestros valientes caudillos federales, quienes se enfrentaron al centralismo porteño y a la influencia británica. Son precisamente estos caudillos quienes resistieron con valor a los ingleses, mientras gran parte de los continentes asiáticos y africano caían bajo las botas opresores del nuevo colonialismo.
Sin embargo, el Sr. Administrador parece olvidar el oscuro capítulo de la historia donde, tras el fusilamiento del Cnel. Manuel Dorrego, se desató una persecución implacable contra los líderes federales como Quiroga, Bustos, López, entre otros. Hubo una sangrienta represión en las calles de Buenos Aires contra quienes abrazaban la causa federal. Más adelante, figuras como Bartolo Mitre, apoyado por oficiales mercenarios provenientes del Estado uruguayo, perpetraron verdaderas masacres contra gobernadores provinciales federales, como producto de la traición de Urquiza al entregarle el campo de batalla a Bartolo, en 1861.
Recordemos también la brutal represión del liberal pro-británico Juárez Celman contra las fuerzas de Leandro Alem, así como la indignante solicitud de Manuel Quintana a Londres para bombardear la ciudad de Santa Fe, todo porque el gobernador había supuestamente ofendido al Director del Banco de Londres. Ante estos hechos, ¿quién puede ser considerado verdaderamente “bárbaro”?
El pueblo argentino seguirá honrando la memoria de todos aquellos que lucharon valientemente por la justicia y la verdadera soberanía nacional.
Agencia MTR