De aspecto más bien serio y escasa sonrisa, pero de corazón noble, solidario, altruista, cálido y respetuoso, recuerdan los quiroguenses que lo conocieron, a Ernesto Tinetti.
Había nacido el 8 de febrero de 1918 en French, era hijo de Pío Tinetti y Adelina Capdevielle quienes cuando tenía un año se radicaron en un campo en Facundo Quiroga. Falleció el 18 de enero de 1990. Faltaban pocos días para su cumpleaños 72.
Ernesto José era el mayor de dos hermanos que perdieron a su padre cuando eran muy jóvenes. El tenía 20 años y Rodolfo (impulsor de LT33 la única radio AM de Nueve de Julio), tenía 17 años.
Desde chico fue muy responsable en todo lo que emprendía. La Escuela primaria la hizo en la localidad y el ciclo secundario en la Escuela Nacional de Pehuajó, además fue Martillero Público.
Llegó a convertirse en lo que hoy es el Delegado Municipal. Con pocos recursos económicos y escaso de personal, se hacía tiempo para, con una pala que siempre llevaba en su auto, acomodar los caminos rurales y lo siguió haciendo a lo largo de su vida. También presidió el Club Atlético Quiroga, al igual que uno de sus hijos, Alfredo conocido con afecto como Peti Tinetti.
Cuando luego de una lluvia se acumulaba agua en alguno de ellos, paraba, sacaba la pala del baúl del vehículo y liberaba el líquido para que circulara por las cunetas y permitir que otros transiten con menos dificultades.
Cierta vez, circulando por la Ruta 70 – la que va paralela a las vías del ex-ferrocarril Sarmiento – a la altura de El Tejar, se cruzan varias animales de granja que solían verse en el camino. Pese a los intentos por esquivarlos, uno de ellos fue golpeado por el vehículo. Ernesto paró, lo vio muerto, lo levantó y lo llevó a la casa de se presumía eran los dueños.
Estas anécdotas de solidaridad, son una más de las tantas que acumuló en sus 71 años que vivió. Siempre mirando el bien, propio o ayudando a otros a realizarlo. Y siempre en silencio.
Ernesto Tinetti fue el conductor de la empresa Enrique R. Meiller S.A. el emprendimiento más próspero que tuvo la localidad desde su fundación hasta el cierre de sus puertas a fines de los años 70 del siglo XX.
Su condición de buen vecino, altruista y solidario llevó a sus compañeros de la Asociación de Jubilados a que le coloquen el nombre a la sala de reuniones de la institución.
Ernesto Tinetti estuvo casado con Leonor Solaberrieta, la impulsora del Club de Madres y tuvo cinco hijos: Guillermo, Alfredo (Peti), Fernando, Claudio y Leonor (Chicha). Curiosamente, cuatro de ellos fallecieron muy jóvenes de muerte súbita, lo mismo que vivió su padre – Pio Tinetti- y su hermano Rodolfo. Y Fernando, Médico Veterinario, cuerda con amor y tristeza ser el único que lleva adelante el lago familiar de trabajo y solidaridad, y lo trasmite a sus cinco hijos y nietos.
Ernesto Tinetti, no fue un vecino más de Facundo Quiroga. Fue un integrante de una comunidad que buscaba el progreso constante e integró la generación que lucharon para la traza de la Ruta 50, en los años ’60 y que el Colegio Secundario ‘Mariano Moreno’ sea una realidad.
Su casa era de puertas abiertas. Todos eran bien recibidos cualquiera fueses el día de la semana y la hora. Siempre, tanto él, como su mujer, Leonor o sus hijos, daban la bienvenida al llegado. Hospitalario, solidario, afectuoso y comprensivo. Siempre mirando el lado bueno y cómo salir adelante ante una dificultad, sin protestas. Con la mejor predisposición.
Quiroga sigue recordando a Ernesto Tinetti, convecino, ejemplo a seguir, a 106 años de su natalicio y a 34 años de su deceso.