domingo, noviembre 24, 2024
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Dos jóvenes nuevejulienses inician su camino en la vida consagrada

Se trata de Marcos Jachno y Regina Crespi Alomar

Marcos Jachno, Monseñor Ariel Torrado Mosconi y Regina Crespi Alomar en la Misa de despedida de los jóvenes de la comunidad de la Iglesia Catedral.

Es sabido que los jóvenes luego de finalizar el secundario están en edad de optar por nuevos caminos ya sean estos de trabajo o estudio. Esta etapa no pocas veces es dificultosa, pues la pregunta de “¿Qué querés hacer de tu vida?” no es sencilla de responder.

Es llamativo en este sentido el caso de dos jóvenes nuevejulienses, Marcos Jachno y Regina Crespi Alomar, que este año inician el camino de la vida consagrada: Marcos para convertirse en sacerdote de nuestra Diócesis y Regina para unirse al Instituto de las Hermanas Adoratrices del Santísimo Sacramento.

En cuanto a Marcos, tiene 19 años y si bien nació y vivió hasta los 14 en la Capital argentina, hace 5 años se mudó a Nueve de Julio. Aquí vive junto con sus padres y dos hermanos, un varón y una mujer. Mientras que Regina tiene 22 años y es nacida y criada en nuestra ciudad. Su familia está compuesta por su padre Gustavo, su hermano Bautista y su abuela Cecilia. Su madre falleció cuando ella tenía 13 años.

Cadena Nueve dialogó con ellos y a continuación compartimos sus conceptos:

  • ¿Cómo empieza tu camino en la fe? ¿Cuáles fueron las experiencias que más te marcaron en este camino?

Marcos: – “Mi camino en la fe empezó desde mi infancia. Mi familia siempre fue practicante y con una vida de fe comprometida.” Sin embargo Macros señala dos momentos particulares que lo marcaron: “El primero fue mi ingreso al Movimiento Apostólico de Schönstatt, donde aprendí a vivir y practicar la fe con una alegría que antes no había sentido. Pero por sobre todo experimenté el amor de la Virgen María, y a través de este fue como encontré el amor de un Jesús vivo y presente en mi vida.

El segundo momento fue mi mudanza a 9 de Julio y el ingreso al grupo de jóvenes de la Catedral. A medida que iba acumulando misiones,  las distintas actividades que hacíamos y retiros, iba descubriendo la necesidad de Dios que había en todos los lugares a los que íbamos. Y sentí la responsabilidad de hacer algo, sentí que podía dar mucho más de lo que estaba dando.”

Marcos durante una misión junto al seminarista nuevejuliense Tomás Della Penna, un sacerdote de Chaco y el Padre José Pedraza.

En el caso de Regina ella nos cuenta que: – “Desde muy chiquita siempre fui a Misa, mi abuela Cecilia era la que siempre me llevaba. Después cuando llegó la edad empecé mi catequesis de Comunión y luego de Confirmación en la capilla de Lujan de 9 de Julio, donde iba con mucho entusiasmo.
Cuando tenía 13 años empecé el grupo de jóvenes Jericó de la Iglesia Catedral, y fue ahí donde tuve las experiencias que más me marcaron, como algún que otro retiro como el Cenáculo, misiones a distintos pueblos y al norte de nuestro país, como la misión de La banda, compartir los Encuentros Diocesanos de Jóvenes, y la Pascua Joven, que es un retiro que se realiza en semana santa con muchos jóvenes de distintas ciudades, donde se vive todos juntos la Pascua de Jesús ”

  • ¿Cuándo empezaste a sentir el llamado de Dios, o a plantearte la vocación a la vida consagrada/sacerdocio? ¿Te dio miedo?

Marcos: – “Desde chico decía que quería ser sacerdote, pero a medida que pasaba el tiempo iba dejando de lado la idea aunque nunca la descarté, sino que simplemente la ignoraba. Fue durante una misión en Santiago del Estero que sentí que ya no podía seguir ignorando el llamado que Dios me estaba haciendo. En ningún momento sentí miedo, lo que sentí fue paz porque al fin le estaba dando una respuesta concreta al plan de Dios en mi vida.”

Regina: – “Cuando tenía 16 años y estaba terminando 4to año de secundaria, ya tenía pensado qué iba a estudiar y donde una vez terminara la escuela, pero empecé a preguntarme si aquello que yo quería para mi vida, era también lo que Dios quería. Y sin dudas empecé a encontrar respuestas que no esperaba, al principio no entendía. Y si, por ahí me daban un poco de miedo, pero aprendí de a poco a ir dejando todo en manos de Dios, aunque me costara, y en la oración poder de a poco entender qué era aquello que Él me pedía y como podía yo llevarlo adelante, para poder cumplir con su voluntad. En una Pascua Joven, en la celebración del Jueves Santo, sentí que Jesús me lo pedía todo, y no me podía negar a ese pedido, ahí es donde sentí fuertemente su llamado, a vivir mi vida junto a Él”

  • Los invitamos a mencionar a tres personas que hayan sido referentes para ustedes en el camino de la fe

Marcos: – “Muchas personas marcaron mi camino en la fe. Si tuviera que nombrar a tres sería a mi padre, al P. Manuel López Naón y al P. José Pedraza.”

Regina: – “Creo que son muchas las personas que en este momento se me vienen al corazón, pero en primer lugar pienso en mi abuela Cecilia, que fue la que me habló de Jesús desde que era muy chiquita, aun en esos momentos que por ahí fueron difíciles como familia, ella siempre tuvo y tiene una fe grande, que la sostiene y nos anima a toda su familia a seguir adelante, su testimonio siempre me llevó a Jesús.
También el Padre Ariel Palanga. Él fue una persona muy significativa en los primeros pasos, fue quien me acompañó en todo este camino de preguntas y discernimiento. Con paciencia me ayudó a ver con otros ojos, y viendo de alguna manera aquello que Jesús me quería ir diciendo en mi vida.
La Hna. Carla es otra referente en mi fe, ella acompañó y acompaña mis primeros pasos dentro de la comunidad de las Hnas. Adoratrices, compartiendo con cercanía la vida misma, y aquello que Jesús me va diciendo en lo cotidiano.”

Regina, Florencia Arruiz y Marcos misionando en Chaco el pasado mes de enero junto al grupo “Cardenal Pironio”.

¿Fue importante para vos la comunidad de Nueve de Julio en este camino?

Marcos: – “Yo creo que en toda vocación es importante la comunidad. Con el sacerdocio uno se está poniendo al servicio de la comunidad que le toca acompañar. No se puede separar la vocación sacerdotal de la comunidad.”

Regina: – “Sin dudas que la comunidad fue importante y lo sigue siendo hasta el día de hoy. Ellos son los que me vieron crecer en años y en fe, me dieron oportunidades y confianza para poder aprender de la vida misma, y creo que sin la comunidad nada hubiera sido igual. La comunidad de 9 de Julio es parte de mi identidad y de lo que soy hoy.
Digo que sigue siendo importante, porque cuento con su oración, que hoy en día es algo que me sostiene y mucho para poder dar ese paso en mi vida.”

A continuación le consultamos a ambos jóvenes como va a ser el proceso que van a comenzar. Marcos ingresa en este mes de marzo en el Seminario de la ciudad de Mercedes, donde estudian los seminaristas de nuestra Diócesis. La formación en el seminario dura 8 años que se dividen 4 en estudios de filosofía y 4 en estudios de teología. Durante ese período él vivirá en el Seminario de lunes a viernes y se le asignará una parroquia para que vaya a vivir la experiencia pastoral durante los fines de semana. Una vez finalizados los estudios del seminario, en dialogo con el obispo se fijará una fecha para la ordenación diaconal y al menos seis meses después de esta, finalmente llegará el turno de la ordenación sacerdotal.

Regina en cambio nos comentó que su formación ya inició, también en este mes, en la ciudad de Trenque Lauquen, en la comunidad de las Hermanas Adoratrices del Santísimo Sacramento. Este primer paso se llama “postulantado”, que es el primer acercamiento mas profundo y cercano a la comunidad de hermanas. De alguna manera “tocando puertas” para abrir nuevos caminos, y seguir profundizando en aquello que el Señor le quiera ir diciendo y confirmando en su vocación. También es momento de ir conociendo un poco más sobre la vida comunitaria y el carisma propio de la congregación.

Regina ya en la comunidad de Hermanas Adoratrices del Santísimo Sacramento en Trenque Lauquen.
  • Por último, ¿Qué quisieras decirle a los jóvenes?

Marcos: – “Que se pregunten qué es lo que Dios quiere de su vida y que no esperen que la respuesta llegue rápido, que le dediquen tiempo. No es algo que se descubre en un día, capaz que nunca se descubre. Pero es en esta búsqueda diaria donde uno encuentra el sentido de vivir, es en esta búsqueda donde uno encuentra la vocación. Y cuando la encuentren juéguensela por ella que va a valer la pena. Esta vocación no consta solamente en ser sacerdote o monja, hay muchísimas vocaciones distintas y todas son igual de importantes, igual de necesarias.”

Regina: – “Que se animen a seguir a Jesús, que por experiencia propia es algo que vale la pena y te cambia la vida… Y otra cosa: que no tengan miedo de preguntarle qué es aquello que quiere que hagamos, cuál es nuestro lugar, nuestra vocación, porque Él solo quiere nuestra felicidad, y dando respuesta a su llamado seremos plenamente felices.”

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