El Escudo Argentino es la fiel reproducción del sello que usó la Soberana Asamblea General Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, ordenado el 12 de marzo de 1813.
Hasta que se instaló la Asamblea General Constituyente, el 31 de enero de 1813, no existía un sello para legislar los actos gubernativos. Para estampar los documentos, durante el Virreinato, se utilizaba la figura de las armas reales.
“Elevadas las Provincias Unidas en Sud América al rango de una Nación después de la declaratoria solemne de su independencia, será su peculiar distintivo la bandera celeste y blanca que se ha usado hasta el presente y se usará en lo sucesivo exclusivamente en los Ejércitos, buques y fortalezas, en clase de Bandera menor, ínterin, decretada al término de las presentes discusiones la forma de gobierno más conveniente al territorio, se fijen conforme a ella los jeroglíficos de la Bandera nacional mayor”, reza uno de los textos oficiales de la época.
Ante tal necesidad, la Asamblea comenzó a utilizar el sello que hoy constituye el Escudo Nacional. Como testimonio de ello, se conservan dos cartas de ciudadanía expedidas por la Asamblea el 22 de febrero de 1813, donde figura el escudo estampado en lacre: una de ellas se conserva en el Museo Histórico Nacional (MHN), extendida a favor de Don Antonio Olavarría, y está firmada por el presidente del cuerpo, general Carlos María de Alvear, y el secretario, Don Hipólito Vieytes.
Antes de su sanción legislativa, Manuel Belgrano lo usó como símbolo central de las tropas emancipadoras, y fue reconocido por pueblos y gobiernos provinciales como símbolo del naciente Estado argentino.
“Hay que tener en cuenta que durante aquel momento, la guerra contra los realistas era moneda corrientes, una situación cotidiana. Manuel Belgrano, en una de sus cartas, expresa algo, quizá, absolutamente práctico, eficaz: la necesidad de un tipo de distintivo porque, si no, en las batallas no sabemos quién está de un lado y quién está del otro”, expresó en una entrevista el historiador argentino, Javier Trímboli. Y agregó: “No solamente se trató de inculcar un espíritu de cuerpo patriótico, de la constitución de un nuevo nosotros (soldados, gauchos, etc.), sino también de esa otra cuestión muy práctica: distinguirse. Esto tiene que ver con la potencia que tienen los símbolos en la consitución de nosotros, de comunidades políticas. Esto ya era un aprendizaje que estaba en la Revolución francesa que, rápidamente, las revoluciones en América y, en particular, en el Río de la Plata, adoptan como propia”.
La Asamblea Constituyente ordenó al diputado por la provincia de San Luis, Agustín Donado, la confección del nuevo símbolo patrio. Donado eligió al orfebre peruano Juan de Dios Rivera Túpac Amaru, a quien se le atribuye el primer grabado del Escudo Nacional (según un diseño, como se comenta, del mismo Donado). Rivera, de origen inca, vivía en la ciudad de Buenos Aires y diseñó el Escudo con su propia impronta, al incluir el sol incaico.
En 1944, el Poder Ejecutivo Nacional mediante el Decreto 10.302, en su artículo 5.°, determinó la adopción del sello que usó la Soberana Asamblea General Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, como representación del Escudo Argentino. Esta acción logró dar uniformidad al escudo y quedó conformado de la siguiente manera:
Es un escudo de forma oval cortado con su campo superior de azur (azul), y el inferior de plata (blanco) con dos antebrazos humanos estrechados que representan la unión de las provincias, el gorro de gules (frigio) es el símbolo de la libertad que sostenido por la pica (lanza corta) identificado con la defensa. El sol naciente anuncia una nueva nación, rodeado de los laureles del triunfo. La cinta con los colores patrios hace alusión a la nacionalidad argentina.
Simbolismo del Escudo Nacional
En cuanto a su simbolismo, se considera que los antebrazos humanos que estrechan sus diestras en el cuartel inferior, representan la unión de los pueblos de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
El gorro de gules -comúnmente denominado frigio– es un antiguo símbolo de libertad y la pica (lanza corta) evidencia el propósito de sostenerla, de ser necesario, con las armas.
El sol incaico en su posición de naciente anuncia al mundo la aparición de una nueva nación. Los laureles son símbolo heráldico de victoria y triunfo, y evidencian las glorias ya adquiridas en los campos de batalla.
Las cintas celestes y blancas representan a la Nación Argentina.