El padre Guillermo Gómez volvió de misionar en comunidades carenciadas de Mozambique, África. Está experiencia dijo “supera lo que puedo expresar con palabras, todo no lo tengo presente y voy recordando”. Esta vivencia fue tensa para él, no ha tenido tiempo de descanso y las memorias van a ir decantando, señaló a Cadena Nueve.
Hoy comenzaron las celebraciones de las fiestas patronales, este sábado se rezó por los enfermos y ancianos y el día domingo recordar a los colaboradores, para quienes trabajan por la vida de la parroquia y por aquellos que supieron aportar desde la misión cristiana. “El lunes rezaremos por las familias”, dijo el curso y añadió que el martes será por el resto de los servidores de la comunidad,médicos, medios de comunicación y tantas personas que hacen al quehacer diario de la comunidad.
Este viaje eclesial abrió la cabeza del párroco, la realidad que se encontró fue dura, pero la noticia de la llegada de la palabra de Dios también es muy bien recibida por las comunidades de Mozambique, “la gente tienen una gran apertura a Jesús”, dijo el padre Guillermo sobre el trabajo realizado a la par del padre Gabriel Arias.
En la estadía del padre la comunidad africana recibía con alegría la llegada de agua potable, antes de este suceso las mujeres y los niños tenían que caminar dos horas para conseguir un recurso semejante. “Ellos no acreditaban la posibilidad, la gente no decía nada de que eso fuera posible”, recordó Guillermo, “hasta que en uno de los intentos de perforación comenzó a salir el agua, de ahí la sorpresa y la alegría”.
La posibilidad de tener agua potable tan cerca fue una sorpresa total, repite el sacerdote, ellos estaban un poco escépticos de esa realidad posible, pero por respeto no se manifestaban así.
Caminar con un bidón de 20 listos sobre la cabeza responde a la realidad diaria de muchas comunidades africanas. “Antes de llegar a la media edad, entre los 45 y 50 años, las mamás tienen muchísimos problemas de la columna y óseas, pero es un trabajo que han hecho desde chicas”, señaló el párroco sobre un recuerdo doloroso.
Las personas adultas juegan un papel activo en las comunidades cristianas. Las mamás se levantan todos los días a las cuatro de la mañana para darle el desayuno a los chicos de la parroquia, explicó el padre Guillermo y agregó que también hay papás que recorren toda una planicie, con caminos en los que son muy fáciles perderse y no llegar, y ellos son quienes mantienen viva la fe donde otros no pueden llegar.
Agencia MTR