Con una procesión alrededor de la Plaza Belgrano comenzó la celebración de Corpis Christi en la Catedral nuevejuliense. La peregrinación estuvo encabezada por el Párroco Carlos Tiberi.
Con la denominación “Cuerpo de Cristo”, la Iglesia Católica celebra la Eucaristía.
Su principal finalidad es proclamar y aumentar la fe de los católicos en la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento.
Hasta no hace muchos años, la celebración se lleva a cabo el jueves posterior a la solemnidad de la Santíosima Trinidad, que a su vez tiene lugar el domingo siguiente a Pentecostés, es decir, el Corpus Christi se celebraba 60 días después del Domingo de Resurrección. Luego se mantuvo el ritual, pero se trasladó a los días de Precepto o Domingo.
Esta fiesta surgió en la Edad Media, en el año 1208 una religiosa Juliana de Cornillón promovió la idea de celebrar una festividad en honor al cuerpo y la sangre de Cristo presente en la Eucaristía. Así, se celebra por primera vez en 1246 en la Diócesis de Lieja, en Bélgica..
Más, tarde 17 años después, mientras un sacerdote celebraba la misa en la iglesia de la localidad de Bolsena, Italia, y al partir la hostia consagrada brotó sangre. Este hecho considerado milagroso fue muy difundido y celebrado, dando un impulso definitivo al establecimiento como fiesta litúrgica del Corpus Christi. Fue instituida el 8 de septiembre de 1264 por el papa Urbano IV, mediante la bula Transiturus hoc mundo.
En el Concilio de Vienne – 1311 – el papa Clemente V, dio a conocer las normas para regular el cortejo procesional en el interior de los templos e incluso indicó el lugar que debían ocupar las autoridades en el desfile.
Mucho tiempo después, el papa Juan XXII – -1316 – introdujo la Octava con exposición del Santísimo Sacramento. Pero el gran espaldarazo fue dado por el papa Nicolás V, cuando en la festividad del Corpus Christi del año 1447, salió una procesión con la Hostia Santa por las calles de Roma.
En muchos lugares es una fiesta de especial relevancia. En España existe el dicho popular: Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el Día de la Ascenión, lo que da idea del arraigo de esta fiesta.
En la procesión de hoy el Cuerpo de Cristo se exhibe en una custodia.