domingo, noviembre 24, 2024
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La leyenda del Torreón del Monje

A 118 años de la inauguración de un edificio emblemático de Mar del Plata

El Torreón del Monje, emblemática construcción de principios del siglo XX, fue una obra en honor al fraile Ernesto Tornero, encargada por el estanciero y empresario, Ernesto Tornquist quien había conformado un holding de más de 20 empresas antes de la celebración del centenario de la Revolución de Mayo.

La obra encomendada al arquitecto alemán Carlos Nordmann, que acompañó el castillo con una enorme torre que domina la estructura se realizó como reconocimiento a ese fraile español, quien en el siglo XVI dirigió el primer asentamiento religioso en esas tierras.

Detrás de ello, una leyenda cuenta que en aquel siglo existía una fortaleza construida sobre Punta Piedras, por Tornero, perteneciente a la Orden de los Calvos.

Ese asentamiento estaba a cargo del capitán español Alvar Rodríguez, que se había enamorado perdidamente de una indígena llamada Mariña. La bella mujer era pretendida por el cacique de la tribu, llamado Rucamará.

De acuerdo al mito más arraigado y que Tornquist supo hacer correr por la ciudad en aquellos tiempos, en lo alto de la torre, Rucamará tomó de prisionera a Mariña. Frente a esto, Rodríguez ordenó al cacique soltar a la mujer a cambio de perdonarle la vida. Pero lejos de convencerlo, éste tomó a Mariña y juntos saltaron a los acantilados.

Debido a esta situación, el capitán español, deprimido, dejó las armas, se encerró en lo alto de la torre y se convirtió en monje. De allí derivó el bautismo popular del lugar: “El Torreón del Monje”, como se lo conoce en la actualidad.

Torreón del Monje, inaugurado el 28 de febrero de 1904.

 

Más allá de esta leyenda, lo cierto es que este lugar se convirtió en un símbolo, inalterable a lo largo del tiempo. Este gran ícono patrimonial de influencias góticas, ubicado estratégicamente en la avenida fundacional de la ciudad, primero se llamó Torre Belvedere y luego tomó el actual nombre, inspirado en la leyenda.

Desde su inauguración el 28 de febrero de 1904 -recién en 1927 se construyó el gran aterrazado al mar que lo caracteriza-, tuvo múltiples propósitos, como ser sede del aristocrático Pigeon Club marplatense de tiro a la paloma y del Círculo de Oficiales de la Marina.

Hacia finales de la década del 70, el empresario marplatense Domingo Parato comenzó a trabajar en la puesta en valor de un edificio que en ese momento estaba abandonado y con riesgo de demolición.

Uno de los mayores logros de Parato fue la construcción de dos escolleras, obras impensadas en 1980, que junto con el sembrado de arena permitieron formar una playa que para muchos era de imposible realización.

En 2012, la familia comenzó a pensar una nueva fisonomía para el lugar, que creció en superficie hasta llegar a los 2.000 metros cuadrados. Hoy donde antes solo había piedras y ruina, turistas y locales pueden disfrutar de una playa con vista única tanto en su parte pública como en el balneario de la unidad equipado con carpas, sombrillas y todas las comodidades.

Con leyenda o sin ella, el Torreón del Monje es una de las visitas ineludibles para quien pasee por Mar del Plata. Sentarse allí a contemplar cómo golpea el agua en las rocas y, en medio de esa inmensidad, dejar volar la imaginación en búsqueda de cualquier amor.

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