Con casi 40 años de Profesión Médica, habiendo pasado por Hospitales “de elite” como el Clínicas, y “de trinchera” como el Penna, habiendo estado en la primera línea de defensa en la epidemia de H1N1, en el Hospital Ezeiza, yo creía haber visto todo.
Hasta ahora…
La rápida expansión del COVID 19, lo dramático y letal de sus manifestaciones clínicas, la posibilidad de transmitirlo sin saberlo, la sensación de indefensión que generan las dilaciones y errores de las autoridades sanitarias mundiales, son algo que -hasta ahora- parecía producto de ciencia ficción.
Pero es una triste realidad, y está sucediendo ahora…
Podemos escondernos, lamiéndonos las heridas, o podemos presentar batalla.
Aún con el riesgo de fallar; la única batalla que siempre se pierde es la que no se libra.
Llevamos meses trabajando en la forma de frenar esta locura. De cómo entender la forma en que este virus ataca, daña y mata. De cómo defender a nuestros Colegas, que ahora ocupan la primera línea de contención.
Hemos presentado protocolos de Profilaxis y de Tratamiento.
Han sido incluídos en plataformas internacionales de envergadura.
Se han testeado con el rigor que implica un ensayo clínico, pero con la celeridad que implica el hecho de no permanecer tras un escritorio, porque la ética de trinchera y la lógica deben primar sobre los intereses ociosos, mezquinos y espúreos.
Porque nuestro Juramento debe estar presente en nuestro accionar en todo momento.
Por todo ello, les hago llegar estos resúmenes, que espero sean de utilidad en la práctica diaria, y que les permitan -como lo hicieron en nuestro caso- salvar tantas vidas como sea posible.
*Médico, investigador- Se desempeñó en el Hospital Julio de Vedia