Sociólogos han comenzado a esbozar los alcances de la denominada Generación Covid 19. Es afín a todas las edades y segmentos sociales.
La pandemia está repercutiendo en todo el planeta y convierte a todas las personas en una generación despierta porque ya no se conforma con la desinformación que generan las noticias, sino que busca nuevas fuentes donde entender, mirar diferentes enfoques y tomar sus propias decisiones.
Es de señalar que en su momento se ha hablado mucho sobre la generación X, la Y, la tan conocida generación de los Millennials.
Todas ellas han sido desplazadas en la nueva Generación Covid. Sí, independientemente de la edad, raza o género, en los últimos días todos somos parte de algo distinto, nunca antes experimentado, y hemos dado comienzo a una nueva generación que tendrá que dejar aflorar nuevos valores, creencias y conocimientos para enfrentarse conjuntamente al reto del empleo del futuro, los cambios culturales y nuevas normas de convivencia social.
Recientemente el presidente de la Nación y el gobernador bonaerense se explayaron sobre ‘se va hacia una nueva normalidad’, guiando a los gobernados que los cambios sociales, culturales, laborales y de relaciones humanas están en curso y desde los más variados sectores sociales surgirán las nuevas normas de convivencia.
Nadie habla, ya que todavía los politólogos y sociólogos no se han puesto a profundizar y toda vez que la tecnología es horizontal y no vertical, que nace un nuevo orden (jurídico) de convivencia que gravitará en la manera de elegir gobernantes. Veremos esos cambios!
Este trabajo trata de señalar que la llamada Generación Covid 19, es la bisagra de las transformaciones que se avecinan. Más trascendente que los cambios que ha dejado la ‘Revolución Industrial’. Todo lo que se leyó y vio de la historia, y sus transformaciones que se veían como de otros tiempos, esta Generación es la protagonista de este (ese) tiempo.
Sin contabilizarlo en profundidad y caminando el día a día, en las nuevas búsquedas para seguir vivos, esta sociedad o generación, es despierta y muy activa, porque ya no se conforma con la información de las noticias, sino que busca nuevas fuentes donde entender, mirar diferentes enfoques y tomar sus propias decisiones. Y estos comportamientos son los que originarán esos cambios en lo laboral, cultural, social y hasta en la elección de sus gobernantes y decisión de crear nuevas normas de convivencia, incluidas las jurídicas.
Hablamos o se mencionan a las personas que han entendido la importancia de cuidar el medio ambiente, la alimentación y de apoyar a las empresas sostenibles. La solidaridad entre ellos juega un papel esencial porque han aprendido que juntos pueden lograr más cosas… o quizás también destruir más cosas…pero sobre todo construir, con cuidado, nuevas y relevantes cosas.
Han entendido que necesitan formarse constantemente, y que no se trata de títulos ni de reinventarse, se trata de aprender y desaprender cada día. Esta generación ya no entiende de etiquetas ni títulos, son personas y profesionales que aportan valor cada día. Todo se ha horizontalizado donde el cierto verticalismo por rol o status social hace distingo, lo que aflora es la valoración de cada ser por su condicion de persona y el derecho a vivir y sobrevivir al COVID 19.
Es que se está comprendiendo que su empleabilidad depende de cada uno y, por tanto, tienen un plan A, B, C y D. Y esas reacciones de supervivencia o cuidados dan cuenta que el éxito no se mide en carreras ascendentes, sino en tener trabajos enriquecedores, por eso aceptan las diferentes formas de mantenerse activos; cambiando de puesto, sectores, creando su propia empresa o convirtiéndose en nómadas del conocimiento.
A ello se camina, y a los gobernantes como conductores de grupo le cabe las generales de lo nuevo, que todo debe hacerse con transparencia ya que las miradas son más infinitas que las cámaras de seguridad que se instalen en las ciudades, e irán detrás de esos avances, en la búsqueda de encauzarlos.
En este proceso de reinventarse día a día, algunos creen observar en lo laboral:
Cuidar el plan A, es decir, el trabajo que desempeña cada uno hoy. Poder mostrar a la empresa cuál es el valor que cada uno aporta en ella.
Aunque muchos hoy lo tengan, encontrarse sin empleo mañana puede ser una posibilidad. Por lo tanto, hay que empezar a pensar en un plan B, C y D.
Dejar de pensar en tus títulos, descartar etiquetas y empezar a pensar en ser alguien que aporta valor será clave para marcar la diferencia.
No dejar nunca de aprender y formarse.
Mantener una buena red de contactos, pensado en el win-win o “ganar-ganar”.
Los caminos son diversos y adaptarse será la llave que abre puertas. Se trata de pensar en mantener o cambiar de puesto o sector, convertirse en un nómada del conocimiento, crear una empresa propia, formarse, cambiar a posiciones inferiores o transversales.
El mundo profesional no es una línea ascendente, es necesario moverse en diferentes direcciones.
Convertir la incertidumbre en una forma de vivir, donde la formación continua y ser responsables de la propia empleabilidad se convierten en objetivos impostergables.
Prestar mucha atención a las finanzas. Al final no depende todo del mercado, sino de lo que cada uno puede permitirse en función de sus gastos fijos y ahorros.
La creatividad permitirá nuevos y novedosos emprendimientos. La alimentación tendrá un rol fundamental, desde la materia prima hasta sus derivados.
Los comportamientos colectivos adquieren sensibilidad, sabiendo que se puede estar juntos pero separados y entonces habrá cuidados y respeto en comportamiento que hasta hoy no fueron considerados.
La manera de aprendizaje trae cambios en las currículas escolares o programas académicos.
Los docentes, serán guía esencial pero no el ‘dueño’ del conocimiento.
Su adaptabilidad estará dada en transmitir valores como esenciales, a las formaciones específicas. Esas cualidades serán el nuevo camino.
La sociedad será de contención y cuidados. Más respeto y alta solidaridad, concreta sin tanto protagonismo por mostrar a quien se ayuda y como…. ¡No más caretas!… ¡Comienza a aflorar un mundo más concreto y para ello hay que preparase! ¡Se vislumbra que todo será más humano!
*Para Cadena Nueve, Hugo Diz