El 23 de julio de 1966 Antonio Rattín, ocasionó lo que se llamó el “Escándalo de Wembley”. Hace 53 años de aquel suceso que quedó en la historia de Mundiales de fútbol. Antonio Rattín cumplió el pasado 16 de mayo, 82 años.
Se jugaba por los Cuartos de Final en el Mundial de Inglaterra. Argentina perdió 1-0 ante el local y lo presenciaban 90 mi personas.
El árbitro alemán Rudolf Kreitlai expulsó al capitán argentino Antonio Rattín, y el histórico jugador de Boca Juniors, mientras dejaba el campo de juego, se sentó en la alfombra roja de la Reina a los fines de mirar un corner.
Automáticamente la hinchada de Inglaterra le tiraba con latas de cerveza. Interpretaron como un insulto o agravio a la Reina Isabel. Rattín siempre expresó que lo hizo por comodidad y lejos de saber de protocolo. ‘Era el lugar más cómodo que encontré’ dijo después. Enseguida personal de seguridad y policial lo retiraron de ese lugar y después cuando se iba de la cancha, pasó por el córner y estrujó un banderín. Eran chiquito por entonces. Los de ahora son más visibles. Otro repudio de la hinchada inglesa y todo aquel que miraba con imparcialidad lo ocurrido.
El propio Antonio Rattín contó en su momento que sólo tuvo la intención de hablar con la máxima autoridad para expresarle su disconformidad con los fallos. Los memoriosos aseguran que llegó al punto de pedir un intérprete; ya que no hablaba alemán ni inglés, mientras que el arbitro Kreitlein no entendía una palabra de español. El alemán reconocería después que lo había echado ‘por su forma de mirar’. Además recordó ‘la hinchada me tiraba barras de chocolate aireado que era novedad para nosotros. Y yo, para darle bronca a ellos, la agarraba, lo abría, le sacaba el papel, me lo comía y lo que me sobraba se los tiraba’. Todo sentado en la alfombra roja.
El colegiado informaría después que la causal de expulsión fue porque “me miró con mala intención, por eso me di cuenta de que me había insultado”.
Este relato y algunas otras faltas polémicas en la comunicación durante el juego llevaron a la FIFA y a su presidente en ese momento, el inglés Sir Stanley Rous (un ex árbitro de fútbol), a estudiar cómo comunicar resoluciones disciplinarias universales, que pudiesen ser interpretadas por cualquier protagonista, sea cual fuera la nación, sin la necesidad de apelar a idiomas ni a gestos.
Poco tiempo después el miembro de la comisión de árbitros de FIFA, el ex árbitro ingles Ken Aston, propuso como solución el uso de dos tarjetas, una amarilla, que fuera sinónimo de calma y precaución, y otra roja, que implicara directamente la expulsión. Se inspiró en las luces del semáforo.
Cuatro años después, en el Mundial de México 1970, se adoptó por primera vez el uso de las tarjetas y Ken Aston fue nombrado Presidente del Comité de Árbitros de FIFA.
La experiencia dice que la nueva herramienta con la que cuentan los árbitros es de gran ayuda para un buen control del juego.
Y los libros narran que el artífice de la invención de las mismas, aunque sin intención, fue un argentino: Antonio Rattín.