¿Cómo puede afectarnos observar el decaimiento de un ave, oír la tos de un cerdo o notar una vaca con problemas para caminar? En principio estas cuestiones se consideran distantes para el público general, alejado de las particularidades de la vida rural y el sector agroindustrial.
Sin embargo, probablemente muchos recuerden situaciones como la del año 2003 y la influenza aviar, principalmente en el sudeste asiático. Este virus de las aves causó enfermedad en humanos, provocando incluso la muerte de al menos 100 personas. Este tipo de experiencias nos muestran hasta qué punto pueden llegar las enfermedades de los animales, la importancia de su control y especialmente de su notificación temprana.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) tiene una función clave en este aspecto porque posee la responsabilidad de ejecutar las políticas nacionales en materia de sanidad y calidad animal y vegetal, verificando el cumplimiento de la normativa vigente. Esto significa, para el caso de las especies animales, que cuenta con programas de vigilancia epidemiológica que articulan con otros sectores afines del Estado Nacional para detectar a tiempo las enfermedades de importancia productiva, con impacto en el comercio internacional, en la salud humana (enfermedades zoonóticas) y en la biodiversidad.
En este marco, el área de Comunicación Institucional del Organismo lanza la campaña de difusión “Avisá al Senasa”, destinada a que tanto el público crítico –veterinarios y productores– como la población general conozcan cuáles son las principales enfermedades de los animales para estar atentos, reconocerlas y poder dar aviso al Senasa.
Todos podemos ser actores clave para cuidar los estatus sanitarios alcanzados por nuestro país. Estos estatus –como el de país libre de peste porcina clásica o de fiebre aftosa (con una zona donde se aplica la vacunación y otra libre), por mencionar algunas– permiten abrir y mantener mercados internacionales, lo cual fortalece el desarrollo de las economías regionales.