La Sociedad Argentina de Osteoporosis informó que en Argentina se producen 90 fracturas de cadera por día. Y en adultos mayores de los 50 años, una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres se quebrará a causa de la osteoporosos.
Debido a esto, los especialistas solicitan un mayor cuidado de los huesos desde edades tempranas y recomiendan evitar las dietas que restringen el uso de lácteos sin combinar con otros complementos. Esto ocurre en la alimentación vegana, en la que no se suman a la lista de alimentos ningún producto que derive de un animal.
En los últimos años, en la Argentina y el mundo aumentó notablemente la popularidad de las dietas veganas o vegetarianas. Los que las eligen tienen fundamentos éticas, cuestiones vinculadas al medioambiente, factores religiosos e incluso problemas de salud. Pese a que no existen datos oficiales acerca de cuántos vegetarianos y/o veganos existen en el país, algunas asociaciones que agrupan seguidores de este tipo de alimentación estiman que representan el 1% y 2% de la población.
Ante el crecimiento, la advertencia sobre las secuelas de quienes eligen esa dieta se desprende como conclusión de un pequeño estudio del que participó una familia de veganos compuesta por su matrimonio y dos hijos. El trabajo reveló que los cuatro integrantes tenían densitometría baja.
Hay un claro temor vinculado a que las dietas veganas no cumplen con los requerimientos diarios de calcio, lo que puede llegar a tener consecuencias, ya que la baja ingesta se asocia a mayor riesgo de osteoporosis y fracturas.
Los seres humanos son por definición omnívoros (aptos para procesar cualquier grupo de alimentos). Pueden elegir ser vegetarianos con todas sus modalidades o veganos de acuerdo a sus convicciones; pero ninguno de los 3 grupos debería olvidarse. Necesitan y están obligados a recibir todos los nutrientes, ya que sin ellos en la cantidad y calidad adecuada, no van a funcionar como corresponde, generando tarde o temprano, una enfermedad.
Es posible ser vegetariano o vegano pero siempre con un acompañamiento profesional. “Elijan lo que elijan como forma de alimentación, insisto en que deben consultar a un profesional experto en esa línea alimentaria, ya que van a empezar a tener problemas de salud. Y la realidad es que lo que es erróneo es no aprender a hacerlo bien”, sumó.
Lo cierto es que la osteoporosis es una enfermedad silenciosa, por la que los huesos pierden densidad, se vuelven frágiles y, por lo tanto, se quiebran fácilmente. El problema se visualiza en la adultez pero la prevención arranca desde el nacimiento y continúa aún después de que se alcanza el pico de masa ósea, entre los 20 y 30 años.
Pese a que se aconseja la ingesta de tres porciones diarias de leche, yogur, o queso, en Argentina, el consumo de calcio en la población adulta ronda el 50% del requerimiento diario. Pero recién cuando aparecen las primeras consecuencias se toma noción de la dimensión del problema. Entre ellas, las fracturas más comunes son las de muñeca; como las de vertebras y las de cadera.
El calcio puede encontrarse principalmente en productos lácteos, como la leche, el yogur y los quesos pero no son los únicos. También es posible encontrarlo en las verduras como repollo, brócoli, entre otras. A su vez, está presente en pescados de espinas blandas, algunos frutos secos, y en productos como leche de soja y tofu, entre otros.
Por ejemplo, según señalan las guías de alimentación se aconseja la ingesta de tres porciones diarias de leche, yogur, o queso. Una porción equivale a 200cc de leche, o 200g de yogur, 50g de queso fresco/semiduro, 60g de queso untable o 15g de queso de rallar. Para los que no quieran sumar lácteos, pueden reemplazar un vaso de leche con tres brócolis, 110 gramos de almendras o 36 cucharadas de sésamo.