Agustín Salvador recibió su Diploma de Egresado del ciclo secundario, recientemente, en Facundo Quiroga tal como contara CN. Ese día el pueblo recibía la noticia que el Instituto Secundario Mariano Moreno – en marzo venidero cumplirá 60 años -, pasaba a llamarse Escuela Secundaria Nº 11, ya que comenzaba a funcionar oficialmente bajo la órbita de la Dirección General de Educación y Cultura bonaerense.
El pueblo entero habló del ‘chico-circo’.Es que Agustín, joven de 18 años que vive en carpa y lleva una vida nómade, al trazarse el objetivo de cumplir con la educación secundaria sabía que iba a concurrir a muchos colegios. Para alcanzar la meta asistió a 290 establecimientos educativos gracias a ‘un pase libre’ que presentaba a cada lugar que llegaba, y se convertía en ‘el nuevo alumno’ mientras durasen las funciones. Así es como completó el jardín de infantes, la primaria y la secundaria. Y eligió Facundo Quiroga para recibir su Diploma. Le gustó su gente, sus compañeros que le abrieron puertas, le transmitieron cariño y la población le brindó afecto.
Agustín Salvador es la cuarta generación de una familia que dedicó su vida entera a la risa, las acrobacias, los espectáculos, y esa magia única que brinda un circo. Pero, detrás del telón, existe también la vida de hombres y mujeres que junto a sus hijos viajan por ciudades y pueblos durante todo el año.
Ese esfuerzo fue reconocido por el Director General de Cultura y Educación de la Provincia, Gabriel Sánchez Zinny, recibió a Agustín Salvador y se interiorizó sobre su historia. Allí, luego de compartir experiencias de vida, en una charla cargada de emociones, el ministro felicitó al joven por sus logros y resaltó que “alentemos a más chicos para que terminen la escuela al igual que vos”.
“Estoy melancólico porque no quiero terminar”, dijo Agustín en referencia al cierre de esta etapa. “Me encanta ir a la escuela, sentarme, levantar la mano”.
El reconocimiento se enmarca en la decisión de la cartera educativa de acercar el apoyo a los alumnos egresados de escuelas de secundarias de la provincia, los que –fruto de la convicción y el esfuerzo cotidiano– logran continuar sus estudios.
“La escuela me enseñó a formarme. Hoy en día puedo opinar de temas que antes no. Además, el ir de acá para allá me enseñó a ver distintas formas de vida”, contó Agustín que, por ejemplo, en sus últimos años escolares se ha reencontrado con compañeros con los que compartió la Primaria.
La vida circense
El Circo Roland Argentina, que recorre todo el país, actualmente va por su quinta generación de artistas. Una tradición que llegó de Rumania escapando de las guerras europeas, pasó por Colombia y Brasil hasta instalarse en Argentina.
Actualmente el circo es gestionado por los padres de Agustín y cuenta con unas 30 personas trabajando, entre artistas y operarios.
Agustín, que es el menor de tres hermanos, comenzó a participar a los 2 años, cuando salía de entre los pantalones gigantes de su padre disfrazado de un pequeño payaso. Hoy se ha convertido en el protagonista principal de la historia que cuenta el circo en sus dos horas de shows.
Es parte del espectáculo, y Facundo Quiroga lo recibió y reconoce como un ‘hijo adoptado’, con su rostro sin pinturas, su gesto cordial y su natural simpatía. Y se convirtió en uno de los primeros egresados con la nueva denominación: Escuela Secundaria Nº 11. Dos hechos que en un día ya entraron en la historia del ‘Tigre de los Pueblos’.