En Nueve de Julio la Virgen concedió una Gracia y el hecho sucedió en el edificio en remodelación. Fue hace 24 años. Ocurrió en ocasión de la festividad de Nuestra Señora de Fátima en torno a un 13 de octubre de 1993.
Una señora padecía carcinoma de útero. Estaba en pleno tratamiento y los médicos diagnosticaban que su evolución era buena. El proceso de esa enfermedad llevaba unos años. La mujer tenía dos grandes deseos: curarse y ser mamá.
Ante la fecha señalada, la mujer asiste con su esposo a una celebración encabezada por el padre Ernesto Erazo en ocasión de recordar a la ‘Patrona de la Diócesis’. Fue movilizada por el hombre. Concurrió no muy convencida pero participó activamente.
Cuando la misa terminó y mientras los asistentes salían de la Parroquia ella se dirigió hacia el Sagrado Corazón de Jesús para orar por sus dos deseos. Tras sus plegarias, quedó sorprendida al observar que la imagen de Jesús se desplazaba y se ubicaba al lado de la Virgen. Se levantó rápido del oratorio, movilizada ante el asombro. Quedó atónita por lo visto y comenzó a caminar hacia la salida. Pensando en lo vivido retornó sobre sus pasos y miró nuevamente la imagen de Jesús. La escena volvió a repetirse!. Quedó mas asombrada,aun!.
Ya más serena y luego de pensar lo que ello significaba, le rezó a la Virgen de Fátima. Le hizo las mismas peticiones que había hecho a su Hijo. Se fue del templo como desorientada. Hasta no muy convencida de lo que había visto. Esa vivencia la compartió con su marido y se conversó sobre el hecho. Es más, seguía algo aturdida. En ese estado se fue a su casa. En el trayecto repasó la vivencia a los fines de encontrar alguna explicación. Repitió, ‘algo me estará pasando. No puede ser que yo haya vivido esto!…Estaré loca’, se dijo a sí misma.
Así las cosas, al año siguiente terminó el tratamiento por su enfermedad oncológica y el médico le dijo tras una última operación: seguiremos la evolución y en nueve meses se considerará si podrás ser mamá. El plazo se cumplía a fin de ese año 1994. De la enfermedad se curó, anticipadamente a lo diagnosticado.
Lo cierto es que a comienzos del nuevo año quedó embarazada y el martes 3 de octubre de ese 1995, nació una niña que fue bautizada con el nombre de ‘Mariana’ en gratitud a María y a su madre Ana. Ella soñó con el nombre escogido una semana antes del parto. En el sueño la Virgen le revelaba el sexo y le daba el nombre.
Es de señalar que ese embarazo fue vivido con enorme alegría, plenitud, y gratitud a la Virgen de Fátima. Esa mamá siempre interpretó que ello fue una Gracia Especial de la Virgen. Sucedió tal cual el relato!
Antes de exteriorizar esta historia, el padre de Mariana repensó si compartía esa Gracia Divina, máxime que entiende que lo ocurrido debe ser leído e interpretado con respeto, más allá de cada creencia.
Hoy se hace público este episodio a 22 años de ese alumbramiento, y quien sabe del suceso lo cuenta movilizado ante la llegada del Santuario de Fátima. La señora sanó y fue mamá. Las dos peticiones se cumplieron.
Sucedió tal cual!,..Y esa hija vive creciendo sana y con alegría de todo lo que hace y emprende. Tiene un ‘Ángel especial’, expresan quienes la conocen y tratan a diario.
No es de descartar que otras Gracias de la Virgen comenzarán a ser contadas. Que el Santuario regale bendiciones!