En Suecia, en el año 1973 un señor intentó asaltar a un Banco. Al verse acorralado tomo de rehenes a cuatro empleados de la entidad crediticia. Tres varones y una mujer.
Para dejarlos libres exigía que llevaran a ese banco a un preso condenado por homicidios. Los rehenes vivieron simulacros de ser ahorcados entre otras vivencias contra sus vidas.
Ya liberados, todos defendieron al asaltante y su cómplice del Banco de Crédito de Estocolmo. Investigadores y psiquiatras quedaron sorprendidos y fue un médico de la salud mental quien en su informe hizo referencia al Síndrome de Estocolmo para referirse a la reacción de los rehenes ante su cautiverio.
Días atrás escuché las declaraciones del Presidente del Partido Justicialista, José Gagliano cuando se le consultó si ‘se metían en la interna radical’, en alusión a lo declarado un día antes por Martín Banchero. Dejó la respuesta al primero de la lista de los candidatos al Concejo Deliberante y sólo señaló ‘No puedo con mi interna’ no me meto en casa ajena.
Recuerdo que en el lanzamiento de la Lista 509, Martín Banchero, dijo que la designación del segundo lugar de los postulados de Cambiemos debió ser la candidata de Walter Battistella por ser el radical con más votos y que el Diputado Jorge Silvestre ‘vendió’ el partido -UCR- al PRO.
En la tranquilidad del campo, tras haber llegado del bullicio de Mar del Plata, se me representó en la cabeza ‘El Síndrome de Estocolmo’.
El ex -Intendente nuevejuliense repitió a trocha y mocha que el peronismo le hacía la vida imposible y esas eran las razones por las cuales no conseguía obras para la ciudad.
‘El peor de la clase’ era el entonces diputado Horacio Delgado, y los integrantes del bloque opositor de manera organizada y sistemáticamente obstruían sus propuestas o del oficialismo, en el Concejo Deliberante.
Que pasó me pregunté para que José Gagliano diga públicamente ‘Battistella es mi amigo’ cuando jamás había exteriorizado una amistad de años y que el arquitecto, saliera a reivindicar a un ex -intendente que decidió quedarse solo y no acatar las decisiones partidarias?.
Me hizo ruido que Jorge Silvestre haya ‘vendido al radicalismo’.
Es bueno recordar que la alianza ‘Cambiemos’ o si se prefiere unión PRO-UCR, surgió de un debate partidario en Entre Ríos, y el acuerdo fue de la convención radical en Gualeguaychú. A ese encuentro en marzo de 2015 había viajado Walter Battistella.
De dónde saca Banchero que el actual presidente del bloque ‘Cambiemos’ en diputados bonaerense, entregó el partido al PRO y dejó afuera a Battistella ?.
Recuerdo haber leído en este medio que el médico ayudaba en la campaña de las PASO reciente, a una lista de las tres que fueron a la interna K, liderados por Eduardo Vicente. Nunca leí la desmentida.
En ese mismo lanzamiento de campaña el líder de los justicialistas a las urnas en 21 días, dijo que integrantes de las listas de Cristina que perdieron en agosto “se están sumando al trabajo de la Unidad Básica y el PJ”. Seguramente incluye esa ayuda a Battistella de lo contrario no se visualiza otra explicación.
Lo único que observo es que ‘El Síndrome de Estocolmo’ llegó a ciertos sectores políticos – algún radical (y quien lo siga) que se aisló con peronistas en derrota, que otrora eran archienemigos’ y ahora en la necesidad de protagonismos atacan a quienes luchan diariamente contra los cambios que la sociedad quiere ver, y son parte activa de las transformaciones que el pueblo valora y quiere que se concreten como las obras ya finalizadas y otras en plena ejecución.
Otras consideraciones sobre conductas y comportamiento de obstrucción política que me afloran a borbotones como canilla que perdió el cuerito, serán para el próximo domingo.