Un sábado 30 de abril de 1977 14 mujeres se reunieron por primera vez frente a la casa Rosada, en plena dictadura, para exigir información sobre sus hijos e hijas que habían sido secuestrados y de los que no se sabía nada. “Individualmente no vamos a conseguir nada”, se le escuchó decir a una de ellas. Era Azucena Villaflor.
La idea se concretó y fueron hacia la Plaza de Mayo. Azucena, Berta Braverman, Haydée García Buelas, María Adela Gard de Antokoletz, Julia Gard, María Mercedes Gard, Cándida Gard, Delicia González, Pepa Noia, Mirta Baravalle, Kety Neuhaus, Raquel Arcushin y dos mujeres más de las que no se conocen sus nombres.
El Estado de sitio había sido decretado por la dictadura y regía por esos años. Se impedía la reunión de más de dos personas en un lugar público. Un policía se acercó el primer día que marcharon y les ordenó “circular”. Entonces, se tomaron de los brazos, de dos en dos, y comenzaron dar vueltas alrededor de la Pirámide de Mayo. Era el comienzo. Después de aquel día las Madres decidieron hacer eso mismo una vez por semana, aunque cambiaron el día. No sería sábado porque habitualmente no había mucha gente en el centro: sería los días jueves.