El Vaticano despide al papa Francisco, fallecido este lunes 21 los 88 años, con un rito íntimo y sobrio, tal como él lo deseó. Las primeras imágenes del cuerpo del pontífice argentino en su féretro de madera han sido difundidas por la Santa Sede en la mañana de este martes. El ataúd se encuentra en la capilla de la Casa Santa Marta, la residencia papal donde vivió durante su pontificado, en una de las fases iniciales del proceso fúnebre.
La mañana de su muerte, el camarlengo Kevin Farrell —acompañado por miembros de la Guardia Suiza— procedió a sellar las estancias personales del papa, tal como dicta la tradición, evitando cualquier intento de suplantación de identidad o falsificación de documentos. Fue también entonces cuando se retiró el Anillo del Pescador, símbolo de la autoridad pontificia, y se sustituyó por una alianza de oro. El sello de plomo del papado fue marcado con una cruz, señal del cierre oficial del ciclo.
En un gesto coherente con su estilo pastoral y sencillo, Francisco dispuso que no se realizaran vigilias privadas antes del funeral. El cuerpo permanecerá en Santa Marta hasta la mañana del miércoles, cuando será trasladado a la Basílica de San Pedro para la misa fúnebre.
Posteriormente, sus restos serán enterrados en la Basílica de Santa María la Mayor, un templo mariano muy significativo para él, donde descansan 91 pontífices. Esta decisión lo distingue de la mayoría de los papas recientes, cuyos restos yacen en San Pedro.
Jorge Mario Bergoglio, primer papa del continente americano, argentino y jesuita de la historia, se caracterizó por su firme defensa de la persona como hijo de un mismo Padre, por lo tanto, aceptarlo con sus particularidades e integrarlo en las comunidades de sus desarrollo y su estilo pastoral austero. Su legado espiritual y transformaciones seguirán siendo objeto de reflexión y debate en la Iglesia y fuera de ella.
Agencia MTR