El Papa Francisco hizo un llamado a repensar profundamente el papel del ser humano en el mundo actual. Frente a una “revolución” que afecta los fundamentos mismos de la existencia humana, el Pontífice propuso recuperar una perspectiva humanista renovada, enraizada en la tradición bíblica y abierta al diálogo con otras culturas.
Ante su reciente deceso comienzan a tomar repercusión alguna de sus expresiones invitando al ser human a respetarse y respetar al próximo.
“El humanismo bíblico sigue siendo el camino”, afirmó el Papa, al señalar la urgencia de redescubrir el valor y sentido del ser humano ante los desafíos contemporáneos. No se trata solo —dijo— de encontrar nuevas recetas económicas o sanitarias, sino de asumir una visión integral que responda a las preguntas fundamentales de la existencia: la relación entre Dios y el hombre, la identidad humana, el sentido de la vida y la muerte.
Un nuevo humanismo en tiempos de cambios radicales
Francisco hizo referencia a las palabras de San Pablo VI al cierre del Concilio Vaticano II en 1965, cuando hablaba de “un nuevo humanismo” y de la Iglesia como “cultora del hombre”. Sin embargo, lamentó que hoy esa visión parezca olvidada, desplazada por los vertiginosos avances tecnológicos, la revolución digital y una cultura contemporánea marcada por la fluidez, la “era de lo líquido o de lo gaseoso”.
“No podemos responder a los desafíos actuales con viejas categorías”, afirmó el Papa. “Hoy está en marcha una revolución –sí, una revolución– que toca los nudos esenciales de la existencia humana: la generación, el nacimiento, la muerte, la relación con otros seres vivos y hasta con las máquinas”. En este contexto, el Pontífice destacó la vigencia del documento conciliar Gaudium et spes, que sigue ofreciendo claves relevantes para una antropología cristiana contemporánea.
El ser humano, servidor del bien común
Lejos de una postura pesimista, el Papa invitó a una reflexión creativa y valiente: “Repensemos la presencia del ser humano en el mundo como servidor de la vida y no como dueño suyo, como constructor del bien común desde los valores de la solidaridad y la compasión”. Para ello, la Sagrada Escritura —aseguró— proporciona las coordenadas esenciales para una nueva antropología, que contemple al ser humano en su relación con Dios, con los demás y con la creación.
Diálogo entre culturas y visiones del mundo
Francisco también insistió en la necesidad de integrar la riqueza de otras tradiciones culturales en este esfuerzo humanista. Mencionó como ejemplo la armonía interior y con la naturaleza que proponen las culturas asiáticas, la solidaridad de las africanas, el fuerte sentido de comunidad y celebración de los pueblos latinoamericanos, y la visión integral del ser humano presente en los pueblos originarios del mundo.
“En estas culturas existen formas de humanismo que, unidas a la tradición clásica europea transformada por la visión cristiana, pueden formar una síntesis fecunda para responder a las preguntas inquietantes sobre el futuro de la humanidad”, afirmó el Santo Padre.
Un compromiso para el presente y el futuro
Antes de concluir, Francisco agradeció a los miembros y consultores del Consejo Pontificio de la Cultura su labor, y les pidió continuar con valentía el diálogo entre fe y cultura. “Hoy más que nunca, el mundo necesita redescubrir el sentido y el valor del ser humano en relación con los desafíos que afronta”, insistió.
Citando al poeta romano Virgilio, el Papa cerró su mensaje con una reflexión conmovedora: “Sunt lacrimae rerum et mentem mortalia tangunt” (“También las cosas tienen lágrimas, y los males humanos tocan el corazón”).
Finalmente, impartió su bendición apostólica y pidió a los presentes: “Recen por mí”.
Las 7 frases que definieron el papado del papa Francisco
“Yo no he querido ser Papa”, confesó Jorge Mario Bergoglio poco después de su elección en 2013, ante un grupo de estudiantes jesuitas. Una frase sencilla, pero reveladora, que dio pistas sobre el estilo pastoral, humano y, muchas veces, disruptivo que marcaría los 12 años de pontificado del primer Papa latinoamericano.
Francisco, quien falleció recientemente en el Vaticano, deja un legado complejo: admirado por unos, criticado por otros, y sin duda una figura que desafió las estructuras tradicionales de la Iglesia católica con palabras que retumbaron más allá de los muros del Vaticano.
A continuación, siete frases que resumen su pensamiento y su impacto en la Iglesia y el mundo.
1. “¿Quién soy yo para juzgar?”
Con estas palabras, pronunciadas en 2013 al referirse a los homosexuales, Francisco marcó un punto de inflexión en la relación de la Iglesia con la comunidad LGBTQ+. Aunque su postura doctrinal no cambió radicalmente, su tono pastoral fue inédito. En 2023, incluso autorizó la bendición de parejas del mismo sexo, aunque sin equipararlas al matrimonio.
2. “Cómo me gustaría una Iglesia pobre… y para los pobres”
Desde su elección, el Papa envió una señal clara: quería una Iglesia humilde, cercana a los más necesitados. Eligió el nombre Francisco por San Francisco de Asís y reiteró una y otra vez su rechazo a los lujos clericales. “Me duele ver a un sacerdote con un auto último modelo”, dijo.
3. “No tenemos que reproducirnos como conejos”
La defensa de la paternidad responsable sorprendió a muchos en 2015. Aunque mantuvo la oposición a métodos anticonceptivos artificiales, Francisco llamó a la responsabilidad, desmarcándose del mandato tradicional de “creced y multiplicaos” sin matices.
4. “Abusar de niños es una enfermedad”
El Papa enfrentó de forma directa la crisis de abusos sexuales en la Iglesia. Pidió perdón, abolió el “secreto pontificio” y propuso reformas para proteger a los menores. Reconoció el dolor de las víctimas y la vergüenza que estos casos provocaron en la institución.
5. “En vez de pagar justicia social, pagó gas pimienta”
En una de sus críticas más duras al gobierno de su país natal, Francisco condenó la represión contra jubilados en Argentina. Su frase evidenció la tensión con el presidente Javier Milei y su preocupación por la falta de sensibilidad social frente a la pobreza.
6. “Construir muros no es cristiano”
Así respondió a Donald Trump en 2016, cuando el entonces presidente de EE.UU. defendía su muro fronterizo. Francisco defendió los derechos de los migrantes y pidió una Iglesia que construya “puentes, no muros”, reafirmando su visión humanitaria.
7. “Esto no es una guerra. Es una crueldad”
Refiriéndose a los bombardeos en Gaza que mataron a decenas de niños en 2024, el Papa se mostró profundamente afectado. Sus palabras, pronunciadas con dolor, reflejan su constante llamado a la paz y a la protección de los inocentes en medio de conflictos.