El papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano de la historia, nacido en Argentina y uno de los líderes más influyentes y reformistas de la Iglesia católica en tiempos modernos, falleció este lunes a las 7:35 horas (hora de Roma), a los 88 años, tras una prolongada enfermedad pulmonar.
“A las 7:35 de esta mañana, el obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia”, anunció en un comunicado el cardenal Kevin Farrell, camarlengo del Vaticano.
El papa había sido internado el 14 de febrero en el hospital Gemelli por una crisis respiratoria que derivó en una neumonía bilateral. Permaneció 38 días hospitalizado, en la que fue su internación más larga desde que fue elegido en 2013.
Un papado transformador
Nacido como Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires, Francisco asumió el papado en marzo de 2013 tras la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI, marcando un antes y un después en la historia reciente de la Iglesia. Fue el primer papa jesuita, el primero procedente de América Latina y el primero en adoptar el nombre de Francisco, inspirado en San Francisco de Asís.
Desde su sencillo saludo inicial —”Buonasera”— hasta su incansable defensa de los pobres, los migrantes, el medio ambiente y los marginados, Francisco se convirtió en una figura global de referencia moral, al tiempo que generó resistencia dentro de los sectores más conservadores de la Iglesia.
Una Iglesia de puertas abiertas
Francisco abogó por una Iglesia que sea “un hospital de campaña después de la batalla”, un refugio para los heridos y excluidos. Su lema de “una Iglesia pobre para los pobres” no fue solo retórica: vivió en la residencia Santa Marta en vez del Palacio Apostólico, usaba zapatos ortopédicos en vez de mocasines papales y prefería autos modestos a limusinas.
Entre sus decisiones más impactantes destacan el endurecimiento de la postura eclesial frente a la pena de muerte, la condena moral de las armas nucleares incluso en su mera posesión, la bendición de parejas del mismo sexo y la inclusión de mujeres en puestos clave dentro del Vaticano.
El precio del cambio
Sin embargo, sus reformas encontraron fuerte resistencia entre los sectores tradicionalistas. Su apertura hacia los católicos LGBTQ+, sus críticas al capitalismo desregulado y sus acciones contra la corrupción interna le valieron el mote de “hereje” por parte de algunos detractores.
Francisco afrontó duros desafíos, como el escándalo de abusos sexuales en Chile en 2018, por el que debió pedir perdón públicamente. Reformó leyes internas para perseguir y castigar con más contundencia a los responsables de abusos y sus encubridores, aunque muchos consideraron que aún quedaban cuentas pendientes.
Un líder global
En lo internacional, Francisco fue un incansable viajero y mediador. Fue el primer papa en visitar la península arábiga e Irak, firmó un controvertido acuerdo con China sobre el nombramiento de obispos, y no dudó en criticar políticas migratorias excluyentes, incluso señalando en 2016 que quien construye muros “no es cristiano”.
Durante la pandemia, ofreció imágenes inolvidables como su bendición solitaria en una Plaza de San Pedro vacía y reflexionó sobre la fragilidad humana: “Estamos todos en el mismo barco”.
Salud y últimos años
Francisco arrastraba una condición pulmonar crónica desde su juventud, cuando le fue extirpada parte de un pulmón. En sus últimos años tuvo complicaciones intestinales, problemas de movilidad y diversas internaciones, que sin embargo no mermaron del todo su actividad ni su liderazgo espiritual.
Legado de misericordia y justicia
Pese a sus detractores, el legado de Francisco será recordado por su énfasis en la misericordia por sobre la moral, su denuncia al “dios dinero” y su apuesta por una Iglesia más humana, menos centrada en las normas y más en el acompañamiento pastoral.
“Veo claramente que lo que la Iglesia necesita hoy es una capacidad de sanar heridas y de dar calor a los corazones de los fieles”, dijo en 2013. Doce años después, su mensaje sigue más vigente que nunca.
La Santa Sede iniciará ahora el período de Sede Vacante y convocará en las próximas semanas al cónclave que elegirá a su sucesor.
Durante 12 años, Francisco transformó la Iglesia Católica siendo el Argentino más importante del Mundo. Que descanse en Paz!