lunes, abril 21, 2025
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El papa Francisco murió por un ACV que le provocó un paro cardíaco irreversible

Lo señaló el Vaticano en la tarde de este lunes y se señala que su deceso deja un número que marcó su vida y su muerte: 88.235

Dos aspectos se conocieron en relación al deceso del papa Francisco.

El pontífice murió a las 7:35 de la mañana, luego de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) fulminante que le provocó un paro cardíaco irreversible. Así lo hizo saber el Vaticano en la tarde de este lunes después de cumplir con el ritual de la certificación de su deceso.

El segundo está vinculado con Jorge Mario Bergoglio, el primer papa del continente americano, el primero jesuita en dirigir la Iglesia Católica y el primer argentino, murió a los 88 años a las 2:35 a.m. – hora argentina. Su partida deja un profundo vacío espiritual y, al mismo tiempo, un curioso detalle numérico que ha conmovido a millones: 88.235, una cifra que parece encerrar el alma de su historia.

Ese número fue durante décadas el de su carnet de socio en el Club Atlético San Lorenzo de Almagro, el club argentino del que fue ferviente hincha desde su infancia. Lo asombroso es que coincide exactamente con dos datos clave del día de su muerte: su edad (88 años) y la hora en la que falleció (2:35 a.m. de Europa). La combinación ha sido interpretada por muchos como una señal mística o una coincidencia poética que une el final de su vida con una de sus grandes pasiones terrenales: el fútbol.

Un símbolo que va más allá del fútbol

Nacido en el barrio de Flores, en Buenos Aires, Francisco heredó de su padre —un inmigrante italiano— el amor por el “Ciclón”. Su relación con San Lorenzo no fue un simple fanatismo: fue socio activo hasta el final, incluso después de ser elegido papa en 2013. En más de una ocasión, recibió en el Vaticano a delegaciones del club, posó con la camiseta azulgrana y expresó públicamente su alegría por los triunfos del equipo.

Para Francisco, San Lorenzo representaba una conexión íntima con su niñez, su familia y su identidad argentina. El número 88.235, que portaba como socio, se ha convertido ahora en una suerte de código emocional, una cifra cargada de significado que resume tanto su humanidad como su espiritualidad.

El número que ya es leyenda

Horas después de su muerte, las redes sociales comenzaron a inundarse con mensajes que destacaban la coincidencia del número. Algunos lo llaman un “número profético”, otros, simplemente, una hermosa casualidad. Pero para muchos, 88.235 es ya parte del legado simbólico de un papa que se mantuvo siempre fiel a sus raíces.

Mientras tanto, en el Vaticano se ha activado el protocolo de sede vacante y se espera que en los próximos días se convoque al cónclave para elegir a su sucesor. Ya circulan teorías, especulaciones y hasta análisis de inteligencia artificial sobre el perfil del próximo papa, en medio de interpretaciones de antiguas profecías que auguraban la llegada del “último pontífice”.

El legado de un papa que cambió la Iglesia

Francisco será recordado por su cercanía con la gente, su compromiso con los más vulnerables y su insistencia en una Iglesia más abierta, ecológica y dialogante. Rompió esquemas desde el primer día y nunca dejó de ser “el cura del pueblo”, aún vestido de blanco.

Hoy, al despedir a un líder espiritual que marcó una época, el mundo también se queda con ese número: 88.235. Más que una cifra, un guiño del destino que resume la historia de un hombre que llevó sus raíces hasta el final.

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