sábado, abril 19, 2025
sábado, abril 19, 2025

Jueves Santo en el Vaticano: el Papa Francisco llama a los sacerdotes a ser “mensajeros de esperanza, servicio y humildad”

Con la Basílica de San Pedro colmada de fieles y sacerdotes, el Papa Francisco estuvo representado por el cardenal Doménico Calcagno, quien leyó una homilía centrada en la esperanza, el servicio y la humildad del ministerio sacerdota

Roma vivió un Jueves Santo cargado de espiritualidad, reflexión y mensajes de profunda vigencia eclesial. En la Basílica de San Pedro, y ante la presencia de mil sacerdotes y más de 2.500 fieles, se celebró la tradicional Misa Crismal, con un mensaje contundente del Papa Francisco, aunque ausente físicamente por razones de salud.

El pontífice, aún en recuperación de una prolongada infección respiratoria que lo mantuvo internado más de un mes en el Policlínico Gemelli, delegó la presidencia de la misa al cardenal Doménico Calcagno, presidente emérito de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica. Fue él quien dio lectura a la homilía redactada por el propio Francisco, quien, pese a su ausencia, se hizo presente a través de sus palabras.

En su mensaje, el Papa apeló a la renovación espiritual de los sacerdotes, en un tono pastoral cargado de esperanza: “Nosotros los sacerdotes también tenemos una historia: al renovar nuestras promesas de ordenación el Jueves Santo, confesamos que sólo podemos leerla en Jesús de Nazaret”, señaló. Y añadió: “Cuando nos dejamos instruir por Él, nuestro ministerio se convierte en un ministerio de esperanza, porque en cada una de nuestras historias, Dios abre un jubileo, es decir, un tiempo y un oasis de gracia”.

Un llamado al servicio y a la humildad

El texto, impregnado de referencias bíblicas, subrayó la importancia del rol sacerdotal como un servicio a los demás. El Papa hizo un llamado a que los pastores “ayuden a los demás a encontrar las páginas de su vida”, ya sea en momentos de gozo como la preparación al matrimonio, o en el dolor de la despedida de un ser querido. En ambos casos, destacó el papel de la Palabra como instrumento de consuelo y guía espiritual.

“La Palabra se debe hacer realidad. Las acciones deben hablar. Las palabras deben realizar”, expresó Francisco con firmeza. Y alertó sobre el riesgo de caer en un ministerio estéril: “No hay Gracia ni Mesías si las promesas se quedan en promesas, si no se hacen realidad aquí abajo”.

El Pontífice también se refirió al Espíritu Santo como “el protagonista silencioso de nuestro servicio”, y puso el acento en la sensibilidad de los más vulnerables: “Los pobres —antes que todos—, los niños, los adolescentes, las mujeres y también quienes han sido heridos en su relación con la Iglesia, tienen el aroma del Espíritu Santo: lo reconocen en la correspondencia entre el anuncio y la vida”.

Un nuevo Año Jubilar y la conversión del clero

Francisco aprovechó la ocasión para vincular el mensaje pascual con el próximo Año Jubilar, al que definió como una oportunidad concreta para la conversión del clero. Invitó a los sacerdotes a dejar atrás actitudes de clericalismo y caminar como “peregrinos de la esperanza”, con humildad y cercanía al pueblo.

En una línea profundamente pastoral, recordó que el verdadero sentido del ministerio está en “llevar la buena noticia a los pobres, la liberación a los cautivos, la vista a los ciegos, la libertad a los oprimidos”, en una cita directa al Evangelio que subraya el núcleo de la vocación sacerdotal.

Finalmente, Francisco pidió oraciones por todos los sacerdotes del mundo, para que puedan vivir su vocación con alegría y autenticidad: “Recen por la alegría de los sacerdotes”, suplicó.

Una Semana Santa vivida desde el corazón

A pesar de su frágil estado de salud, el Papa no dejó de participar espiritualmente en las celebraciones de Semana Santa. Además de redactar personalmente sus homilías, compartió un mensaje en su cuenta oficial de X (ex Twitter), acercándose así a millones de fieles alrededor del mundo.

La Misa Crismal de este Jueves Santo dejó no solo postales de fervor y recogimiento en la Basílica de San Pedro, sino también un llamado claro: el de una Iglesia que se renueva desde la esperanza, la humildad y el servicio.

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas noticias