En un contexto de tensión por los precios, el ministro de Economía, Luis Caputo, celebró que una importante empresa alimenticia haya retrotraído los aumentos en sus productos, luego de la presión ejercida desde el Gobierno. “Buena reacción. Y, sobre todo, gran gestión de los supermercados, cuidando a sus clientes”, expresó el funcionario a través de la red social X (antes Twitter).
La declaración llega apenas unas horas después de que supermercados comenzaran a recibir listas actualizadas de precios con incrementos del 9 al 12%, enviadas por grandes proveedores, entre ellos Unilever y Molinos. El propio Caputo había expuesto públicamente esa situación, criticando el accionar de las empresas y señalando que los supermercados se habían negado a convalidar las nuevas condiciones.
“Hoy los supermercados grandes rechazaron la mercadería con lista de precios nueva de Unilever y Molinos con subas de 9% a 12%”, publicó el ministro en X, destacando la respuesta de las cadenas como una victoria ante lo que consideró una actitud especulativa.
En la misma línea, el subsecretario de Defensa del Consumidor y Lealtad Comercial, Fernando Blanco Muiño, respaldó la medida y sostuvo que los aumentos no tenían justificación. “No existe motivo, ni cambiario ni tributario, que justifique el aumento en las listas de precios que algunos pretenden imponer a los consumidores. Esas listas serán rechazadas por cadenas nacionales, regionales y almacenes. En el gobierno de Javier Milei no hay lugar para oportunistas”, afirmó.
La tensión se enmarca en un escenario económico en transición. Con la reciente eliminación del cepo cambiario, el dólar comenzó a flotar entre bandas de $1.000 y $1.400, con un deslizamiento del 1%. El lunes, el tipo de cambio oficial subió 12% y cerró en $1.230, para luego estabilizarse en torno a $1.160 el miércoles.
Las empresas justificaron sus aumentos argumentando dos factores: el encarecimiento de insumos importados, cuyos precios dependen del tipo de cambio, y la mejora en los valores internacionales de ciertos alimentos exportables, lo que presiona al alza los precios internos.
Pese a estos argumentos, el Gobierno reafirmó su intención de evitar que estos movimientos se trasladen directamente a los consumidores, marcando un límite en medio de su política de liberalización económica. En este caso, al menos por ahora, logró hacerlo con el respaldo del canal comercial.