Desde su primera infancia fue explotado en fábricas de alfombras y a sus diez años se unió a un grupo de activistas contra la explotación infantil.
Su lucha sirvió para que otros niñas y niñas dejen de ser explotados. Y para que muchas de esas fábricas sean cerradas.
En América Latina 12, 5 millones de niños, niñas y adolescentes están en condición de trabajo infantil y el 77% realizan trabajos peligrosos.
Si bien persisten en el imaginario colectivo muchos mitos en torno al tema que de una u otra manera están al servicio de justificar la explotación del trabajo de niños, niñas y adolescentes, debemos precisar que en la Argentina es un grave delito.