martes, abril 8, 2025
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Francisco en el Jubileo de los Enfermos: ‘Dios no nos deja solos’

En su aparición en la Plaza de San Pedro, el papa dejó un mensaje de esperanza y acompañamiento Divino"

En una emotiva jornada celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco participó en el Jubileo de los Enfermos, dirigido a las personas que padecen enfermedades y al mundo de la sanidad. Aunque aún se recupera de su convalecencia, el Pontífice se presentó en silla de ruedas, visiblemente acompañado por su enfermero personal, para impartir la bendición final a los 20,000 peregrinos que se habían reunido para la misa jubilar.

La misa, que se celebró el quinto domingo de Cuaresma, estuvo marcada por una profunda reflexión sobre el sufrimiento, la esperanza y la misericordia divina. En su homilía, que fue leída por el arzobispo Rino Fisichella, Francisco compartió su propia experiencia de enfermedad, resaltando el desafío y la lección que ofrece el momento de vulnerabilidad. “Es una escuela en la que aprendemos cada día a amar y a dejarnos amar”, dijo el Pontífice a través de las palabras de su delegado.

En un gesto que conmovió profundamente a los presentes, Francisco transmitió su cercanía, a pesar de no poder participar físicamente en la liturgia, señalando que, al igual que muchos de los enfermos reunidos en la plaza, experimentaba la enfermedad como una oportunidad para acercarse a Dios y a los demás. “La enfermedad puede ser un lugar donde se escucha la voz del Señor que nos dice: ‘Yo estoy por hacer algo nuevo: ya está germinando, ¿no se dan cuenta?'”, aseguró Fisichella, subrayando cómo el sufrimiento puede ser transformado en una vía de renovación espiritual.

El Papa recordó el pasaje del profeta Isaías, quien hablaba a un pueblo exiliado y devastado, invitándolos a ver lo nuevo que Dios está haciendo a pesar de las dificultades. En la misma línea, el Pontífice destacó el encuentro de Jesús con la mujer adúltera en el Evangelio de Juan, quien, a pesar de estar condenada y rechazada, es salvada por la misericordia de Dios, dándole una nueva oportunidad de vida. “Dios no nos abandona, Él está siempre con nosotros”, afirmó el Papa, transmitiendo a los presentes un mensaje de consuelo y esperanza.

La misa concluyó con un breve saludo del Papa Francisco, quien, a pesar de su convalecencia, se mostró profundamente agradecido. “¡Feliz domingo a todos, muchas gracias!”, expresó con una sonrisa, dejando una sensación de unidad y fortaleza espiritual entre los enfermos, médicos, enfermeros y voluntarios que lo acompañaron en este significativo evento.

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