El gobierno de Javier Milei lanzó un video conmemorativo por el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia, protagonizado por el escritor Agustín Laje, en el cual se refuerza la postura oficial sobre el concepto de “memoria completa”. En la pieza audiovisual, difundida por la Casa Rosada, se rechaza la cifra de 30.000 desaparecidos y se aboga por una visión integral de los hechos ocurridos durante la dictadura militar, que incluye también los actos de violencia de las organizaciones armadas que operaron en la década del 70, como Montoneros y el ERP.
El mensaje, que se presentó a horas de la marcha central del 24 de marzo encabezada por las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, HIJOS y otras agrupaciones defensoras de los derechos humanos, propone una relectura de la historia reciente, afirmando que “la historia no es solo aquello que nos cuentan sino todo lo que nos atrevemos a descubrir”. Además, incita a “defender la libertad de conocer nuestra historia, completa”.
“Memoria completa” y la polémica cifra de los desaparecidos
A lo largo del video, que rápidamente se viralizó en las redes sociales, Laje hace hincapié en la necesidad de una “memoria completa”, concepto que ya había sido instalado por el oficialismo en discursos previos. Según la narración, los crímenes cometidos por el gobierno militar durante la última dictadura (1976-1983) deben ser recordados, pero no de manera aislada, sino en el marco de una narrativa más amplia que también incluya los episodios de violencia política de las organizaciones armadas previas y posteriores al golpe de estado. Esto, según el video, permitiría una visión más justa y equilibrada de los hechos.
Sin embargo, la postura del gobierno ha sido objeto de críticas por parte de quienes sostienen que la reivindicación de las víctimas del terrorismo de Estado no puede equipararse con las acciones de los grupos guerrilleros. El video también rechaza la cifra de 30.000 desaparecidos, una cifra que, aunque no es un número exacto y se basa en estimaciones de organismos de derechos humanos, sigue siendo un símbolo central en la lucha por la justicia y la memoria histórica.
El escritor Agustín Laje, quien se presenta como un defensor de esta visión, repudia lo que considera una manipulación ideológica de la historia y la utilización de la memoria como herramienta para “adoctrinar” a las generaciones más jóvenes. En este sentido, hace un fuerte énfasis en criticar lo que denomina “el relato historietístico, maniqueo y reduccionista” que, a su juicio, se ha intentado imponer en la Argentina, donde el foco se ha centrado únicamente en los crímenes de la dictadura, relegando el contexto más amplio de la violencia política de la época.
Un 24 de marzo marcado por las movilizaciones
El video se difundió horas antes de la movilización central que, como cada año, tuvo lugar en la Plaza de Mayo, en Buenos Aires, y en múltiples ciudades del país. Las agrupaciones que históricamente han pedido justicia por los crímenes de la dictadura, como las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, HIJOS y diversas organizaciones de derechos humanos, se volvieron a movilizar, exigiendo que se siga luchando por memoria, verdad y justicia. En esta ocasión, las 49 años de lucha se renovaron con un reclamo firme: el reconocimiento y justicia para los 30.000 desaparecidos, un número que representa no solo a las víctimas directas del terrorismo de Estado, sino también el dolor y el sufrimiento de miles de familias que aún siguen esperando respuestas sobre el paradero de sus seres queridos.
Las marchas se llevaron a cabo en todo el país, con la participación activa de sectores de la sociedad que aún se oponen a la revisión de la historia impulsada por el gobierno de Milei. En este contexto, el 24 de marzo sigue siendo una fecha de unidad para aquellos que no solo reclaman justicia para las víctimas de la dictadura, sino también una memoria histórica que, lejos de ser manipulada, sea un faro de luz para no repetir los horrores del pasado.
La tensión política sobre la memoria histórica
Este nuevo capítulo en la discusión sobre la memoria histórica revela una creciente tensión entre el gobierno de Javier Milei y sectores de la sociedad comprometidos con la defensa de los derechos humanos. Mientras que el oficialismo sigue defendiendo su versión de una “memoria completa” que pone énfasis en la violencia de los actores no estatales, las organizaciones de derechos humanos mantienen que esa narrativa borra la responsabilidad central del Estado en la implementación de un plan sistemático de represión, tortura y desaparición forzada.
El Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia de este año dejó claro que, casi medio siglo después del golpe de 1976, la sociedad argentina sigue dividida sobre cómo recordar esos años de horror. El desafío sigue siendo el mismo: construir una memoria colectiva que sea justa, inclusiva y, sobre todo, que no olvide a las víctimas de la violencia estatal y no estatal.
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