El Día Mundial de la Tuberculosis (TB) es una oportunidad crucial para reflexionar sobre la lucha contra esta enfermedad, que sigue siendo una de las principales causas de muerte en el mundo, a pesar de ser prevenible y tratable. Es impactante ver las cifras actuales, especialmente en la Región de las Américas, donde 342,000 personas enfermaron y 35,000 perdieron la vida en 2023, mientras que 76,000 casos ni siquiera fueron diagnosticados ni tratados.
Esto subraya la urgente necesidad de mejorar el acceso a los diagnósticos y tratamientos adecuados, y también de reforzar las medidas preventivas en las poblaciones más vulnerables.
La celebración de este día también nos recuerda el histórico descubrimiento de la bacteria causante de la tuberculosis por el Dr. Robert Koch en 1882, un hito que abrió el camino para los avances en el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad. Aunque el progreso ha sido significativo en algunos aspectos, como la radiología digital asistida por inteligencia artificial y las pruebas moleculares rápidas, aún queda mucho por hacer para garantizar que todos los afectados reciban la atención que necesitan.
El lema de este año, ¡Sí! Podemos poner fin a la tuberculosis: comprometerse, invertir, cumplir, nos llama a la acción y a la colaboración global para poner fin a la epidemia. La tecnología, la innovación y el compromiso son claves, pero también lo son la inversión en la salud pública y la inclusión de las comunidades más vulnerables en los programas de prevención, diagnóstico y tratamiento.