En un mundo que a menudo se ve marcado por desafíos y tensiones, el 20 de marzo se erige como un día especial para fomentar la alegría y la satisfacción en la vida de las personas. La Asamblea General de las Naciones Unidas ha designado esta fecha como el Día Internacional de la Felicidad, recordando a gobiernos y sociedades la importancia de priorizar la felicidad y el bienestar en sus políticas y marcos de desarrollo.
La finalidad de esta celebración, que se remonta a 2012 tras la resolución 66/281, es subrayar la relevancia de la felicidad como una aspiración humana universal. En este contexto, la ONU ha instado a los países a adoptar un enfoque más inclusivo y equitativo hacia el crecimiento económico, uno que promueva no solo el desarrollo sostenible, sino también la erradicación de la pobreza y el bienestar social.
El Informe sobre la Felicidad en el Mundo de 2025 se presentará el próximo 20 de marzo, acompañando esta festividad con una serie de eventos en línea que serán transmitidos globalmente. Este informe incluye un ranking de países basado en niveles de satisfacción con la vida y explora el concepto de “cuidar y compartir” en seis capítulos, ofreciendo una visión amplia sobre cómo fomentar el bienestar colectivo.
Bután, pionero en la búsqueda de la felicidad nacional, ha sido un actor clave en la promoción de este paradigma, priorizando la Felicidad Nacional Bruta en lugar del Producto Nacional Bruto. Su enfoque ha inspirado a otros países a considerar la felicidad como un indicador esencial del progreso social y económico.
Además, la UNESCO se suma a esta celebración a través de su Proyecto Escuelas Felices, que busca mejorar las experiencias educativas al priorizar la compasión, la comunicación y la construcción de comunidades. En este sentido, las escuelas juegan un papel fundamental en la formación de un futuro donde la felicidad sea un objetivo compartido.
En un llamado a la acción, la ONU invita a todos los ciudadanos, independientemente de su edad, a participar en esta celebración, recordando que la felicidad no es solo un estado personal, sino un derecho colectivo que debe ser defendido y promovido en cada rincón del planeta.