El mundo del espectáculo argentino está de luto. Antonio Gasalla, uno de los actores, humoristas y creadores más emblemáticos de la historia de la televisión y el teatro en Argentina, falleció hoy a los 84 años. Su muerte llega después de varios meses en los que su salud había ido deteriorándose, con detalles sobre su delicado estado de salud proporcionados por allegados cercanos como el periodista Marcelo Polino.
Gasalla, quien fue un ícono de la cultura argentina, destacó por su capacidad para crear personajes inolvidables que hicieron reír a millones de argentinos a lo largo de varias generaciones. En 2017, en una emotiva despedida de la televisión, el actor dijo: “Adoro Buenos Aires. Soy un bicho de esta ciudad. La oferta cultural que tiene Buenos Aires es impresionante. Adoro la Argentina”. Con estas palabras, reflejaba su profundo amor por su país y su ciudad natal, la cual siempre celebró en su trabajo.
Los comienzos de un artista completo
Antonio Gasalla nació en Ramos Mejía, en el oeste de la provincia de Buenos Aires, el 9 de marzo de 1939. Su familia estaba compuesta por su padre, peluquero, y su madre, ama de casa. Junto a su hermano mayor, Carlos, Gasalla creció en un hogar donde el arte y la cultura tenían un lugar preponderante. Desde joven, mostró una pasión por el cine y el teatro, influenciado por un vecino que le conseguía entradas para el teatro, una experiencia que dejó una huella profunda en su vocación.
Luego de explorar varias carreras, Gasalla se decidió por la actuación, formando parte de la Escuela Nacional de Arte Dramático. Su primer gran éxito llegó a mediados de la década del 60 con la obra Help, Valentino, en la que compartió escenario con figuras como Nora Blay, Edda Díaz y Carlos Perciavalle. Este éxito le permitió abrirse paso en un mundo artístico que, para esa época, comenzaba a consolidarse.
El humor como marca registrada
A lo largo de los años, Gasalla se destacó como un actor polifacético que no solo brilló en teatro, sino también en televisión, cine y como productor. En la década de 1980, alcanzó la fama nacional con el personaje de Mamá Cora, en la película Esperando la carroza (1985), dirigida por Alejandro Doria. En este film, interpretó a una abuela algo senil, un rol que lo consolidó como uno de los grandes del humor argentino. Posteriormente, el personaje se trasladó al programa Susana Giménez, donde Gasalla hizo reír a la audiencia durante años, hasta su despedida televisiva en 2017.
Otro de sus personajes más recordados fue Flora, la empleada pública de El Palacio de la Risa, programa que comenzó a emitirse en Canal 9 a principios de los 90 y que más tarde se mudó a ATC. En este espacio, Gasalla consolidó su vínculo con la televisión y presentó a nuevos talentos como Carlos Parrilla, Juan Acosta y Atilio Veronelli.
Además de su éxito en televisión, Gasalla siguió apostando al teatro con grandes obras como Sólo clásicos II, donde retomaba sus personajes más emblemáticos. En 2009, alcanzó un nuevo hito con Más respeto que soy tu madre, una comedia escrita por Hernán Casciari que se convirtió en un gran éxito de público.
El hombre detrás del escenario
Más allá de sus personajes cómicos, Gasalla también destacó por su labor como director, productor y docente. En sus años de trabajo, logró formar una escuela de humor y teatro que dejó un legado invaluable para futuras generaciones. En el ámbito televisivo, participó en diversos proyectos y fue jurado en el popular programa Bailando por un sueño, en 2012. Su presencia en los medios de comunicación siempre fue sinónimo de simpatía y humor, pero también de una personalidad firme y decidida.
En 2019, presentó su última obra en Mar del Plata, Gasalla en Mar del Plata, donde volvió a brillar ante su público. Sin embargo, a pesar de su retiro progresivo de la escena pública, Gasalla siguió siendo un referente indiscutido del entretenimiento nacional.
El legado de Antonio Gasalla
A lo largo de su carrera, Gasalla creó personajes que se convirtieron en parte del imaginario popular argentino. Desde la entrañable Mamá Cora hasta la picante La Abuela, pasando por Bárbara Don’t Worry y Noelia, sus personajes trascendieron generaciones y fueron clave en el humor de la televisión argentina. A los 84 años, su muerte deja un vacío profundo en la cultura popular del país, pero su legado perdurará a través de las risas y el cariño de su público.
Aunque en los últimos años se había mostrado renuente a los cambios en los medios, como el streaming, Gasalla nunca dejó de ser una figura central en la escena artística. A pesar de su salud delicada, siempre se mostró agradecido por el cariño recibido y se negó a retirarse, algo que a veces incomodaba a la prensa. Sin embargo, hoy, el mundo del espectáculo argentino llora su partida, pero celebra una vida llena de risas, talentos y una impronta única que jamás será olvidada.
Antonio Gasalla se fue, pero dejó su huella imborrable en cada rincón del escenario y del corazón de quienes lo admiraron.
En tanto, en Nueve de Julio, el actor Horacio Filoni, llevó adelante un ‘Tributo a Gasalla’ con una excelente interpretación e imitación de un espectáculo que hizo hace unos años atrás.