El Día Mundial de la Justicia Social, que se celebra el 20 de febrero de cada año, constituye una oportunidad para destacar la importancia de trabajar en conjunto por la erradicación de la pobreza, la promoción de un empleo pleno y decente, la igualdad entre los géneros y el acceso al bienestar social.
La jornada fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 26 de noviembre de 2007, con la finalidad de incentivar a la sociedad mundial a reflexionar sobre cómo contribuir al bienestar de todos los seres humanos, sin importar su origen, genero, raza o religión.
La idea central detrás de este día es subrayar que la justicia social no se limita solo a la distribución equitativa de recursos y riquezas, sino que también implica el acceso universal a los derechos humanos fundamentales.
Esto incluye el derecho a la identidad, a la educación, a la libertad de expresión y, por supuesto, a un trato digno en todos los aspectos de la vida. La justicia social aboga por una sociedad en la que todas las personas tengan la posibilidad de vivir con dignidad y de disfrutar de una vida libre de discriminación y desigualdad. En este sentido, el concepto de justicia social trasciende las fronteras legales y se convierte en un compromiso ético y moral con el bienestar personal.
La Organización de las Naciones Unidas considera que la justicia social es el corazón de su misión, y en un mundo donde la economía global afecta de manera directa los sistemas ecológicos de subsistencia, la búsqueda de un modelo que permita integrar los aspectos económicos con los derechos humanos es fundamental. En este sentido, el crecimiento económico no tiene sentido si no se traduce en una mejora real y sostenible en la calidad de vida de las personas. De nada sirve una economía pujante si no favorece a quienes más lo necesitan, y es aquí donde entra en juego la importancia de políticas públicas que garantizan que el progreso se distribuya de manera equitativa.
Cada año, la conmemoración del Día Mundial de la Justicia Social se enmarca bajo un lema específico que busca enfocar la atención en los desafíos más urgentes. En 2024, el lema será “Promover la justicia social”, y con él se espera hacer un llamado a gobiernos, instituciones y ciudadanos a incorporar de manera más decidida los principios de justicia social dentro de las agendas políticas tanto nacionales como internacionales. A través de una serie de eventos organizados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en diferentes ciudades del mundo, se debatirá sobre cómo incorporar de manera efectiva medidas efectivas la justicia social en la agenda global, priorizando que permitan superar las barreras que impiden un desarrollo equilibrado y justo para todos.