miércoles, febrero 12, 2025
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Se cumple un año de la canonización de Mama Antula

María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, primera santa argentina

Este 11 de febrero se cumple un año de la canonización de María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, primera santa argentina. La ceremonia se llevó a cabo en el Vaticano y fue encabezada por el papa Francisco. Fue a las 5.45 de Argentina (9.45 en el Vaticano) cuando, doce meses atrás, Jorge Bergoglio leyó en latín la elevación a los altares de “Beatam Mariam Antoniam a Sancto Ioseph de Paz y Figueroa”, frente a cientos de peregrinos argentinos que viajaron especialmente para estar presentes en la Basílica de San Pedro.

En este marco, la llamada comunidad antulana, celebra esta fecha en cada localidad donde hay seguidores de la santa, con actividades y encuentros religiosos. En la Ciudad de Buenos Aires, habrá una misa en la Santa Casa, en el barrio de San Telmo, donde vivió María Antonia y realizó sus ejercicios espirituales hasta el fin de sus días. La cita es a las 18.30, en la calle Salta 870.

“Querida comunidad antulana: hoy es un día muy especial para nosotros. ¡Se cumple el primer aniversario de la Canonización de nuestra querida Mama Antula! Ella intercede ante Dios por nuestras necesidades y es modelo de virtudes. Busquemos cada día imitar su amor a Dios y al prójimo. Y seamos misioneros peregrinos de la Esperanza. Santa Mama Antula compañera del camino acrecienta nuestras virtudes”, indicó la congregación en la invitación.

Mama Antula nació el 13 de junio de 1730 en Villa Silípica, Santiago del Estero, en lo que era el territorio del Virreinato del Perú. Vistió el hábito jesuita desde los 15 años, en 1745. Como Beata de la Compañía de Jesús dedicó su vida a la evangelización de los pueblos originarios santiagueños y de otras provincias, enseñándoles la Palabra de Dios, a leer y a escribir, y a perfeccionar técnicas de ganadería y agricultura.

Luego de la expulsión de los Jesuitas en 1767, María Antonia maduró la intención de continuar el apostolado de los Ejercicios Espirituales. Fue entonces cuando empezó su misión en salida y eligió su nombre de Iglesia: María Antonia de San José.

En 1779, después de un viaje de 1.400 kilómetros, regresó a Buenos Aires para obtener el permiso de organizar los Cursos de Ejercicios. Esperó cerca de un año para conseguirlo, pero le fue negado principalmente por el Virrey, que sentía aversión por todo lo relacionado con la Compañía de Jesús. Recién al año siguiente, en 1780, comenzaron los retiros en Buenos Aires con increíble éxito. En cuatro años, más de 15.000 personas se sumaron a su convocatoria espiritual.

El deseo misionero la llevó a Uruguay, a las ciudades de Colonia y Montevideo, donde permaneció tres años. De vuelta en Buenos Aires, inició la construcción de lo que hoy es uno de los edificios más antiguos de Buenos Aires, la Santa Casa de Ejercicios Espirituales de la calle Salta, a metros de Avenida 9 de Julio.

Tras una vida dedicada a la educación, la escritura – hay decenas de cartas con allegados y amigos que aventuran los inicios del género epistolar – y a dar testimonio de fe en Dios, con un correlato de coherencia en sus acciones, María Antonia murió el 7 de marzo de 1799 a los 69 años. Sus restos se encuentran en la Basílica Nuestra Señora de la Piedad, ubicada en la calle Bartolomé Mitre 1523, a una cuadra del Congreso de la Nación, en la Ciudad de Buenos Aires.

 

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