El ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, expresó hoy su enérgico rechazo a la decisión del presidente Javier Milei de retirar a la Argentina de la Organización Mundial de la Salud (OMS), calificando la medida como un retroceso para el país y una jugada política perjudicial para el sistema de salud. En sus declaraciones, Kreplak advirtió que la salida de la OMS “retrasa el lugar de la salud argentina en el mundo” y subrayó que “nos deja solos y desamparados” frente a futuras crisis sanitarias, como las epidemias o pandemias, en referencia a la reciente emergencia de salud global que enfrentó el mundo con la pandemia de COVID-19.
Justificación de Milei y comparaciones con Trump
La decisión de la administración de Milei se dio a conocer de forma inesperada y provocó gran sorpresa, justo después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también decidiera retirar a su país de la OMS. En sus declaraciones, el presidente argentino justificó esta medida asegurando que el manejo de la pandemia por parte del organismo internacional fue “cavernícola” y consideró que su actuar constituía un “delito de lesa humanidad”. Según Milei, la OMS habría manejado la crisis sanitaria mundial de manera ineficaz, lo que justificó la retirada de Argentina de la institución internacional.
Kreplak, por su parte, remarcó que esta decisión tiene consecuencias profundas para el sistema de salud argentino, al enfatizar que la retirada de la OMS podría aislar al país de la colaboración internacional crucial en la lucha contra futuras amenazas sanitarias. “Nos dejaría sin acceso a capacitaciones, estudios científicos, análisis de impactos epidemiológicos y la cooperación internacional que resulta esencial para mejorar nuestras estrategias sanitarias”, señaló el funcionario.
El ministro también subrayó que la medida podría tener efectos directos sobre áreas clave de la salud pública en Argentina, como las inmunizaciones, la prevención de enfermedades materno-infantiles, las enfermedades crónicas no transmisibles, el VIH, la tuberculosis, el dengue y otras enfermedades de transmisión sexual. “Además, se perdería el acceso al apoyo financiero para estrategias de prevención, como el fondo solidario de medicamentos, vacunas, insumos y tecnologías, que ha sido vital en épocas de crisis”, detalló Kreplak.
Uno de los puntos más sensibles de la retirada de Argentina de la OMS sería la pérdida del estatus de “Centros Colaboradores” en importantes laboratorios y centros de investigación, como el INCUCAI, el Malbrán y la ANLIS, lo que dificultaría el intercambio de conocimiento y la mejora de las prácticas sanitarias del país.
Críticas de la comunidad científica y la oposición política
La medida impulsada por Milei generó un fuerte rechazo tanto en la comunidad científica como en la oposición política. Fernán Quirós, ministro de Salud de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, expresó su preocupación ante la falta de coordinación sanitaria internacional, señalando que “las políticas de coordinación sanitaria son indispensables en los períodos pandémicos que estamos viviendo”. Para Quirós, el hecho de retirarse de la OMS pone en peligro la capacidad de Argentina para responder de manera efectiva ante futuros brotes de enfermedades a nivel global.
Desde la oposición, el diputado nacional de Unión por la Patria, Pablo Yedlin, también criticó la decisión de Milei, calificándola como un “error estratégico”. “Argentina es un país que recibe mucho más de la OMS de lo que le da. Esta es una medida que no se justifica en ningún sentido”, afirmó Yedlin. En su opinión, la salida de la OMS debilita el papel de Argentina en la cooperación internacional y coloca al país en una posición de vulnerabilidad frente a crisis sanitarias futuras.
La decisión de retirar a Argentina de la OMS es un tema altamente controversial que genera divisiones tanto dentro del ámbito político como científico. Mientras que el gobierno de Javier Milei considera que esta medida es una forma de marcar un nuevo rumbo para la política sanitaria nacional, muchos especialistas y opositores advierten sobre los riesgos de aislamiento internacional y la pérdida de beneficios fundamentales para el sistema de salud del país. En este contexto, la medida sigue siendo objeto de intensas discusiones, con fuertes preocupaciones sobre sus posibles repercusiones a largo plazo.