Héctor Carta señala los desafíos para la producción en vacunos

Argentina ha sido tradicionalmente uno de los países más destacados en la producción de carne vacuna, con una vasta extensión de tierras aptas para el pastoreo y una bovina genética de alto rendimiento. La ganadería vacuna ocupa un lugar central en la economía rural argentina, con millones de cabezas de ganado en todo el país. Este sector no solo es relevante para el mercado interno, sino que también representa una fuente significativa de exportaciones, especialmente hacia mercados de alto poder adquisitivo, como Europa, China y los países de Medio Oriente.

Sin embargo, la productividad en la ganadería vacuna ha sido uno de los temas recurrentes de reflexión dentro del sector, con un enfoque particular sobre cómo mejorar los índices de conversión alimentaria, las tasas de natalidad, y la eficiencia del sistema de producción en general.

El Ingeniero Héctor Carta en Momento Campo de ‘Despertate’ en Cadena Nueve y Máxima 89.9 señaló la importancia de la mejora de la productividad en la ganadería bovina argentina. En sus intervenciones, ha destacado que uno de los principales desafíos del sector ganadero es la baja productividad, ya que a pesar de contar con un gran potencial, las tasas de conversión de pasto a carne, así como la eficiencia en el ciclo de vida del ganado, siguen siendo subóptimas.

1. Baja productividad del rodeo nacional: Uno de los puntos clave en el análisis de Héctor Carta sobre la producción vacuna es la baja productividad del rodeo nacional. Actualmente, los índices de productividad de la ganadería argentina se sitúan entre un 60% y un 65%, lo que implica que solo el 60-65% de las vacas que entran al ciclo productivo logran llegar a ser terneros. Esto es muy bajo en comparación con los estándares internacionales, que apuntan a un 80% o incluso más, en sistemas de ganadería más intensivos y con mejores prácticas de manejo.

Carta ha señalado que mejorar este índice es fundamental para incrementar la rentabilidad de la producción vacuna y competir de manera más efectiva en los mercados internacionales. Para lograrlo, es necesario mejorar las prácticas de manejo del ganado, optimizar la genética y adoptar tecnologías de alimentación y sanidad animal más efectivas.

2. Implementación de buenas prácticas ganaderas: El Ingeniero Carta subraya que el éxito de la ganadería vacuna depende de la aplicación de buenas prácticas ganaderas, tanto en la cría como en el engorde del ganado. Estas prácticas incluyen la selección genética, la mejora de las pasturas, y el manejo adecuado de los animales, como la prevención de enfermedades y la nutrición adecuada.

Uno de los aspectos que Carta considera crucial es la utilización de sistemas de pastoreo controlados, lo cual no solo mejora la calidad de la carne producida, sino también la productividad de las tierras. Además, la incorporación de cultivos diferidos como el sorgo y la avena, que sirven para complementar el pastoreo en épocas de escasez de forraje, es una estrategia que puede ayudar a mejorar la eficiencia de la producción vacuna.

3. Aprovechamiento de la genética de los animales: La mejora genética es otro factor que Héctor Carta ha señalado como fundamental para el futuro de la producción vacuna. En su análisis, remarca que la Argentina tiene un enorme potencial en términos de genética bovina, pero la adopción de tecnologías modernas de inseminación artificial y mejoramiento genético aún no ha alcanzado su máximo potencial. La incorporación de tecnologías reproductivas avanzadas puede permitir la mejora en la tasa de parición, el crecimiento de los animales y la resistencia a enfermedades.

Asimismo, la Carta hace énfasis en la importancia de mejorar la sanidad animal mediante la vacunación y el control de parásitos, factores que pueden reducir las pérdidas y mejorar la conversión de alimentos en carne de alta calidad.

4. Reducción de la tasa de mortalidad: Un aspecto crucial que contribuye a la baja productividad en la ganadería vacuna es la alta tasa de mortalidad en los terneros, que no sobrepasan los primeros meses de vida debido a enfermedades o mal manejo. Carta destaca que una mejora en los sistemas de atención de las madres, como el control de la salud reproductiva y la suplementación adecuada de los terneros, puede reducir significativamente esta tasa de mortalidad, contribuyendo a una mayor cantidad de terneros producidos por vaca.

Desafíos para el futuro de la ganadería vacuna: A pesar de los avances y de las estrategias de mejora mencionadas, la ganadería vacuna argentina enfrenta varios desafíos que deben ser abordados para seguir siendo competitiva en el mercado global:

1. Cambio climático y sequías recurrentes: El cambio climático representa una amenaza para las condiciones de pastoreo en varias regiones del país. Las sequías prolongadas y las olas de calor pueden reducir la cantidad de pasto disponible, lo que obliga a los productores a buscar alternativas alimenticias más costosas oa reducir el tamaño del ganado. La adaptación a estos fenómenos climáticos es fundamental para garantizar la estabilidad y crecimiento del sector.
2. Políticas públicas y costos de producción: Los costos de producción en la ganadería vacuna han aumentado debido a las políticas fiscales, las subas en los costos de insumos, y la falta de incentivos adecuados para el sector. Héctor Carta ha sugerido la necesidad de que el gobierno implemente políticas públicas que favorezcan la producción eficiente, como una mejora en los sistemas de financiamiento y un ajuste en las tarifas energéticas que impactan en el costo de producción.
3. Competencia global: La competencia de otros países productores de carne, como Brasil y Estados Unidos, pone presión sobre el sector ganadero argentino. Mejorar la calidad del producto, innovar en procesos de producción y ampliar mercados internacionales son estrategias necesarias para mantener la competitividad.

Conclusión: La producción vacuna argentina tiene un enorme potencial para seguir siendo un pilar fundamental de la economía nacional y mantener su liderazgo en los mercados internacionales. Sin embargo, es necesario realizar un esfuerzo conjunto para mejorar la productividad a través de la implementación de mejores prácticas de manejo ganadero, la adopción de tecnologías avanzadas y la mejora genética del ganado.