El 19 de diciembre de 2019, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la resolución 74/245, estableciendo el 4 de diciembre como el Día Internacional de los Bancos. Esta fecha resalta el papel crucial de los bancos multilaterales de desarrollo y otros bancos internacionales en la financiación del desarrollo sostenible. Además, reconoce la significativa contribución de los sistemas bancarios nacionales a la mejora del nivel de vida en los países miembros.
El Desafío Global del Desarrollo Sostenible
En septiembre de 2015, la Asamblea General de la ONU adoptó la resolución “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, un plan que abarca un amplio conjunto de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y metas universales. Estos objetivos tienen como fin erradicar la pobreza en todas sus formas, asegurar el desarrollo económico, social y ambiental, y promover una vida digna para todos. La erradicación de la pobreza extrema se considera el mayor desafío global para alcanzar el desarrollo sostenible.
Los ODS buscan equilibrar el progreso en tres dimensiones fundamentales: económica, social y ambiental, con un enfoque integrador. Este ambicioso plan de acción también reconoce que los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil deben colaborar para enfrentar los desafíos mundiales, como el cambio climático, la desigualdad y la pobreza.
El Papel de los Bancos en la Financiación del Desarrollo
La implementación de la Agenda 2030 enfrenta grandes retos debido a la volatilidad económica y los riesgos financieros globales. Factores como los riesgos geopolíticos, las disputas comerciales, la incertidumbre económica y los efectos del cambio climático afectan directamente al crecimiento económico y la estabilidad financiera, lo que incrementa la pobreza y la desigualdad en diversas regiones.
En este contexto, los bancos desempeñan un papel clave en la movilización de recursos financieros para los proyectos necesarios para alcanzar los ODS. Sin embargo, los mercados financieros internacionales enfrentan desafíos estructurales, como la volatilidad de los flujos de capital, los elevados niveles de endeudamiento y la creciente concentración de poder en los mercados. Estos problemas son particularmente graves para los países en desarrollo, que a menudo carecen de los mecanismos necesarios para gestionar los riesgos financieros asociados.
La Necesidad de Reformas y Cooperación Internacional
La Agenda de Acción de Addis Abeba destaca la importancia de integrar las estrategias de desarrollo sostenible con marcos nacionales de financiación para garantizar que los esfuerzos de desarrollo estén debidamente respaldados. Muchos países han comenzado a revitalizar sus estrategias de desarrollo sostenible, pero a menudo carecen de planes de financiación claros y concretos. La cooperación internacional se vuelve esencial para garantizar que los recursos financieros estén disponibles y sean utilizados de manera efectiva para el desarrollo.
Los bancos nacionales de desarrollo bien gestionados tienen un papel fundamental en la financiación de los proyectos relacionados con los ODS. Estos bancos pueden colaborar con instituciones financieras internacionales a través de cofinanciación o acuerdos de préstamo, lo que les permite complementar los recursos internacionales con el conocimiento del mercado local. Esto es crucial en áreas clave como la infraestructura, la energía, la agricultura, la ciencia y la tecnología, así como la inclusión financiera y el apoyo a las pequeñas y medianas empresas.
El Desafío de la Inclusión y la Sostenibilidad
La Agenda 2030 también pone de relieve la importancia de abordar la desigualdad, incluida la desigualdad de género, a través de políticas que fomentan la inclusión social y económica. Los marcos de financiación deben ir más allá de las necesidades inmediatas y tomar en cuenta las realidades cambiantes del panorama global, como la digitalización, la concentración del mercado y las vulnerabilidades sociales. Los gobiernos deben asegurarse de que sus políticas laborales, fiscales y comerciales estén alineadas con estos objetivos, para garantizar un desarrollo sostenible y equitativo.
En resumen, el fortalecimiento de la cooperación internacional y la innovación financiera es crucial para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los bancos, tanto nacionales como multilaterales, desempeñan un papel esencial en la movilización de recursos financieros, pero es necesario garantizar que sus políticas y operaciones estén alineadas con un enfoque integral y sostenible para el desarrollo. La colaboración entre gobiernos, instituciones financieras y actores del sector privado es fundamental para construir un futuro más justo, inclusivo y resiliente para todos.