Al comenzar la conversación, la Dra. María de los Angeles Anca recordó sus primeros años de carrera, cuando aún era una joven de 17 años, enfrentándose a la inmensidad de la Universidad Nacional de La Plata, pero con una fuerte motivación de aprender y sanar. “El médico es siempre el mismo”.
Así comenzó la médica nuevejuliense, pediatra al ser convocada desde ‘Despertate’ en el Día del Médico, resaltando la importancia de la vocación y el cuidado humano, algo que sigue intacto, a pesar de los avances científicos y tecnológicos.
Con una sonrisa, la médica compartió las anécdotas de su trabajo como pediatra, acompañando a las familias desde el nacimiento de los niños hasta su crecimiento, y señaló que su rol va más allá de la salud física de la persona. “Uno está presente en todos los aspectos de la vida del paciente, no solo en lo médico, sino también en la educación, el bienestar emocional y la vida cotidiana”, expresó.
Al respecto, contó una anécdota de cómo con una cartulina y consignas sigue el rendimiento escolar y en la alimentación, con sentido saludable.
“La medicina es siempre la misma, el médico es siempre el mismo, podrá agarrarse de la tecnología y la ciencia, que sí, avanzaron y nos dan muchos beneficios, pero la vocación, el estar, el ser humano, la presencia, el dar, al otro sigue siendo lo relevante de la actividad”, acotó.
La Dra. Anca destacó el impacto de la tecnología en la medicina moderna, como el acceso a información instantánea a través de Internet y la posibilidad de colaborar con médicos de todo el mundo. Sin embargo, también advirtió sobre los peligros de la información errónea que los pacientes se encuentran en línea, lo que a veces genera más incertidumbre que soluciones. Aún así, resaltó el valor de las innovaciones, como las cirugías intraútero y las técnicas de microcirugía, que han permitido salvar vidas que antes eran impensables, en niños en plena gestación.
En cuanto a la relación con los pacientes, María de los Angeles Anca reflexionó sobre cómo la medicina sigue siendo una profesión profundamente humana. Habló sobre el amor y el cariño que debe transmitir el médico, y cómo incluso el acto de “mimar” a los niños puede tener un gran impacto en su bienestar. “El cariño sana”, afirmó, recordando tiempos en los que la cercanía humana era el remedio más efectivo. Tras ello añadió que “la palabra del médico influye no solo en el paciente, sino también en la familia. A veces es tan importante lo que le dices a la mamá como lo que le dices al niño”, sin darse cuenta que señalaba un aspecto humano en el cuidado del paciente. Y remató “Nadie se enferma por exceso de cariño”.
Finalmente, la Dra. Anca extendió su saludo y agradecimiento a todos los médicos en su día, destacando la importancia de la vocación y el cariño hacia los pacientes. “El estar presente, el ser parte de la vida de la gente, eso es lo que hace a la medicina”