Cada 24 de noviembre es una fecha de gran significado para los argentinos, ya que se celebra el Día del Vino Argentino, típica bebida nacional.
La celebración del Día del Vino Argentino tiene su base en el Decreto 1800 de 2010 donde se declaró por decreto al vino como bebida nacional. Luego, en el año 2013, el Congreso de la Nación aprobó por unanimidad la Ley N° 26.870 que terminó de establecer dicha declaración.
la viticultura en Argentina ha alcanzado una extensión impresionante, abarcando 19 provincias en Mendoza y San Juan donde se concentraban casi todos las mejores producciones.
El país ha logrado adaptarse a una enorme diversidad de climas y suelos, lo que le permite cultivar una amplia variedad de uvas. A pesar de que algunas zonas presentan retos como el clima árido o los suelos menos fértiles, la viticultura argentina ha sabido sobreponerse a estos cambios de suelos y temperaturas.
La Expansión de la Viticultura en todo el país pone actualmente a Argentina en uno de los principales productores de vino del mundo.
Con más de 200.000 hectáreas dedicadas a la producción vitivinícola, el país ha logrado establecer una fuerte presencia en el mercado global.
Esa expansión en 19 provincias, cubriendo casi todo el territorio nacional, y a abarcar una amplia diversidad de suelos y climas que permiten la producción de una gran variedad de vinos de excelente calidad, hace a ese reconocimiento importante.
Aunque algunas zonas presentan condiciones climáticas y de suelo desventajosas, la industria ha logrado adaptarse y sobresalir, produciendo vinos de gran renombre mundial.
La Industria Vitivinícola no solo es significativa en términos de calidad y cantidad, sino que también tiene un impacto clave en la economía nacional, sino que cuenta con más de 900 bodegas y 17.000 productores que abastecen tanto el mercado interno como el internacional.
De hecho, alrededor del 70% de la producción de vino argentino se destina al mercado local, mientras que el resto se exporta a más de 160 países.
El impacto económico es considerable, ya que esta industria genera más de 106.000 puestos de trabajo directos y aproximadamente 280.000 empleos indirectos. Estos números reflejan la importancia del vino no sólo como un producto agrícola, sino también como un motor que impulsa el empleo, el turismo y el desarrollo regional, especialmente en las provincias cuyanas, que son las principales productoras de vino en el país.
Agencia MTR