El Centro de Economía Pública Argentina – CEPA- a elaborado un informe donde analiza los resultados fiscales del Sector Público Nacional de Argentina hasta octubre de 2024, en un contexto de ajuste fiscal y de políticas económicas restrictivas.
En particular, se destaca la evolución de los ingresos, los gastos y los resultados fiscales, con énfasis en las políticas de recorte del gasto y la presión sobre los sectores más vulnerables. El logro no es por aumento de ingresos.
El análisis de los ingresos, gastos y resultados fiscales permite identificar los efectos de la política económica en el bienestar de la población, el sostenimiento de los programas sociales y el desempeño de las principales variables fiscales.
En 2024, el gasto público alcanzó su nivel más bajo en los últimos siete años. Este ajuste profundizó la tendencia iniciada en 2022, con una disminución notable en los gastos corrientes y en los gastos de capital.
El gasto en inversión pública y en programas de infraestructura se reduce considerablemente, destacando los recortes en las obras públicas, con excepción de proyectos estratégicos.
Esta política fiscal restrictiva se ha orientado a mejorar la sostenibilidad fiscal, pero ha generado preocupaciones sobre los efectos a largo plazo en el crecimiento económico y en la calidad de los servicios públicos.
Aunque los ingresos fiscales mostraron un aumento nominal de 167,8% en comparación con 2023, cuando se ajustan por inflación, se observa una caída del 8,6% en términos reales. Este retroceso se redujo, en gran medida, a la disminución de los tributos vinculados a la actividad económica. Los principales afectados fueron el Impuesto a las Ganancias, Impuesto sobre Débitos y Créditos Bancarios, que cayó significativamente.
En términos generales, la caída real de los ingresos fiscales refleja un entorno económico adverso, en el cual las políticas de ajuste fiscal han tenido como principal resultado la contracción de la base tributaria.
A pesar de la caída generalizada en los ingresos fiscales, los impuestos vinculados al comercio exterior mostraron un desempeño más favorable.
A pesar de la caída general en los ingresos, los impuestos sobre el comercio exterior siguen siendo una fuente clave de recaudación, lo que subraya la dependencia de Argentina de los sectores exportadores y el comercio internacional para financiar el gasto público.
Los subsidios y los programas sociales, entre ellos el ex “Potenciar Trabajo” y “Acompañar”, sufrieron recortes o congelamientos, lo que afectó gravemente el poder adquisitivo de los sectores más vulnerables. Esto, junto con los recortes en jubilaciones, profundizó las dificultades para las clases más desfavorecidas, ampliando la brecha de desigualdad.
Las transferencias no automáticas a las provincias cayeron un 51% interanual en octubre. Esta caída estuvo particularmente influenciada por la discontinuación de programas clave como el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), que normalmente financiaba actividades educativas a nivel provincial. Esta retracción en los fondos nacionales afecta la capacidad de las provincias para mantener programas de salud, educación y otros servicios esenciales.
Aunque la economía continúa en recesión, hay indicios de que la contracción podría estar moderándose. La evaluación entre la recaudación del IVA y la actividad económica sugiere que la recesión podría haber comenzado a estabilizarse, con señales de mejora en los meses de septiembre y octubre, tras una contracción acumulada en la primera mitad del año. Sin embargo, esta recuperación es aún frágil y podría verse afectada por factores externos o por la continuidad de las políticas de recesión.
El ajuste fiscal aplicado en los primeros meses del año (enero y febrero) fue particularmente severo, con una reducción promedio del 39% en el gasto. Sin embargo, hacia octubre, el ajuste se moderó a un 23%. A pesar de la menor intensidad de los recortes, la calidad del gasto sigue siendo una preocupación.
El Impuesto PAIS, que había sido una de las principales fuentes de ingresos fiscales en los últimos años, sufrió una caída real del 43% debido a la reducción de su alícuota y a la contracción de las importaciones. Este tributo, que había sido crucial para las finanzas públicas, ha perdido relevancia en el contexto actual de menor demanda.
En resumen, el Sector Público Nacional de Argentina ha logrado mantener un superávit fiscal en 2024, principalmente a través de un ajuste fiscal severo que ha impactado negativamente en sectores clave como las jubilaciones, la obra pública y los programas sociales. Aunque algunos impuestos, especialmente los vinculados al comercio exterior, han mostrado incrementos, la caída real de los ingresos totales y el fuerte ajuste del gasto han generado un contexto de creciente desigualdad y precarización de los sectores más vulnerables. A pesar de algunos signos de recuperación económica, el impacto de las políticas fiscales en la calidad de vida de la población continúa siendo una alta preocupación.
2024.11.15_Informe_Fiscal_Octubre_2024_CEPA (1)