Bajo el lema “Madre, bajo tu mirada buscamos la unidad”, millas de peregrinos caminan hacia el Monasterio Benedictino Santa María Los Toldos, en un emotivo encuentro de fe y esperanza que convocó a fieles de varias ciudades de la diócesis de Santo Domingo de Guzmán. .
Las columnas de oración llegaron en su mayoría a las 7 de la mañana, mientras que otros grupos arribaron minutos antes de la misa, que comenzó a las 7.30 am. La ceremonia fue presidida por el obispo Ariel Torrado Mosconi y fue transmitida en vivo a través de las plataformas de Cadena Nueve en Facebook y la radio Máxima 89.9 .
En la peregrinación participaron fieles de localidades como Nueve de Julio, Los Toldos, Bragado, O’Brien, Henderson, Trenque Lauquen, Pehuajó, Carlos Casares, San Miguel, Bunge, Facundo Quiroga, Martínez de Hoz, La Niña, French, Dudignac, San Emilio, entre otros, quienes se unieron con un solo propósito: fortalecer su fe y vivir la unidad en la advocación de la Virgen María.
Un Momento de Reflexión y Esperanza
Antes de la misa, mientras algunos grupos de peregrinos seguían arribando al Monasterio, el padre José Pedraza alentaba a los asistentes con cánticos en la capilla del monasterio. En su intervención, Pedraza recordó el lema de la peregrinación, que había sido también el mismo con el que un mes antes se había partido hacia Luján: “Madre, bajo tu mirada buscamos la unidad”. Durante su mensaje, resaltó la trascendencia del evento y la alegría palpable en los rostros de los peregrinos, quienes, a pesar de las adversidades del tiempo, mantenían una profunda esperanza en la Virgen.
La Reflexión del Obispo: “Entregar Todo”
En un momento central de la misa, el Obispo Ariel Torrado Mosconi compartió una reflexión basada en un pasaje del Evangelio de San Marcos, que narra la historia de una viuda que, a pesar de su pobreza, dio todo lo que tenía en el templo ante. la presencia de Jesús. El pasaje describe cómo muchos ricos daban grandes sumas, pero la viuda, con sus dos pequeñas monedas de cobre, ofrecía más que todos ellos, ya que dio todo lo que tenía para vivir.
“Hoy, queridos hermanos y hermanas, ustedes han dado todo. Han dado su tiempo, su esfuerzo, su fe, y han superado las inclemencias del tiempo con el corazón lleno de esperanza y oración”, destacó el obispo en su homilía, mirando a los presentes que compartían la experiencia de la peregrinación.
Un Encuentro de Fe y Comunidad
La peregrinación no solo fue un acto de devoción, sino también un testimonio de comunidad y unidad. A pesar de las dificultades climáticas y del largo recorrido recorrido, los peregrinos no perdieron la fe, y su llegada al Monasterio fue un símbolo de resistencia espiritual y esperanza compartida.
Con la lluvia como testigo y la oración como bandera, la jornada concluyó con una profunda sensación de fraternidad y comunión, dejando una huella imborrable en los corazones de todos los que participaron en este evento religioso tan significativo para la diócesis de Santo Domingo de Guzmán.