Un equipo de 400 bomberos, rescatistas y personal especializado sigue trabajando a contrarreloj en la remoción de escombros y la búsqueda de víctimas bajo los restos del edificio colapsado en Villa Gesell, hace una semana. Entre los efectivos, se encuentran bomberos voluntarios de Nueve de Julio, que viajaron a la zona este lunes para sumarse a las tareas de rescate.
El contingente está encabezado por el jefe del cuartel, Sergio Fernández. Señaló en diálogo en ‘Despertate’ por Cadena Nueve y Máxima 89,9 que ‘el trabajo de remoción de escombros es arduo y requiere el uso de maquinaria pesada, como grúas que transportan grandes volquetes para retirar los restos más pequeños, y herramientas especializadas para cortar bloques de concreto y hierro”.
A esto, Fernández comentó que “la remoción de escombros es muy manual, se hace con baldes y herramientas pesadas. También se utilizan grúas para mover los bloques de concreto más grandes. Es un trabajo muy vasto.
A lo largo de la semana, los bomberos han estado trabajando sin descanso, en un esfuerzo conjunto con otros cuerpos de bomberos de la Provincia de Buenos Aires, y brigadas de diferentes provincias como Santa Fe. Según Fernández, “no importa de dónde venimos, todos trabajamos como un solo equipo”.
El servidor voluntario explicó que “el trabajo de rescate se realiza en turnos rotativos de 12 horas y es una tarea muy manual y muy físico” .
En cuanto a las tareas específicas, Fernández describió cómo se lleva a cabo la remoción de escombros. “El trabajo es extremadamente exigente, sobre todo porque se hace de manera manual. Se usan baldes y herramientas pesadas para retirar los escombros más pequeños. Las grúas grandes se encargan de mover los bloques de concreto más grandes. Es un trabajo y demandante físico, y por eso estamos organizados en grupos de 10 a 15 personas”, explicó.
Fernández no escondió la magnitud del desastre al que se enfrentaron al llegar al lugar del siniestro. “Cuando llegamos, lo que vimos fue inimaginable. El derrumbe de un edificio de 10 pisos es algo que no se puede dimensionar hasta que uno está en el lugar. Los primeros rescatistas que llegaron al sitio debieron haber vivido una experiencia traumática, al ver la magnitud de lo que había pasado”, comentando, al tiempo que subrayo la abrumadora labor.